Acabó Fitur, que es un mentidero. ntañazo, a Fitur iban los concejales barrigones, con la panza y las corbatas desparramadas y las camisas por fuera, a aprender inglés: "My taylor is rich", decían a los tour operadores, que se miraban, atónitos. hora, no. hora a Fitur van los técnicos porque los ayuntamientos no tienen más dinero para que aquellos barrigones llenen de nuevo sus desproporcionados estómagos.

Fitur terminó. Dicen que es la segunda feria más importante del mundo, después de la WTM británica. quí se cuece todo, se toman muchos cafés y se visita mucho el "Pigmalión", aunque ya menos; por la crisis. Los agentes de viaje se arremolinan en torno a las gacelas, o las gacelas vestidas de azafatas en torno a los operadores, que da igual porque el tumulto es el mismo.

Las perspectivas, que es lo que importa, no son malas para Canarias. Dicen que hay que seguir trayendo a los rusos y reconquistar el mercado nacional, pobre pero fiel. Muchos se han ido al Caribe. El otro día nos echó una mano, en la COPE/a tope, Juan Pablo Colmenarejo, jefe de Informativos. "Hay que ir a Canarias, no al Caribe solamente", dijo en antena, defendiendo nuestros intereses. Gracias, amigo.

En Fitur estuvieron el príncipe y la princesa, pero no llevaron a Urdangarín, que ya no viaja tanto como antes, a costa de Movistar; es decir, de nuestras carísimas llamadas telefónicas. Felipe de Borbón se interesó por la situación de Canarias y por las perspectivas turísticas. Paulino Rivero, que le llegaba por la cintura, se lo explicó a gritos.

Cada año, los hoteleros y los agentes de viaje se citan en la feria madrileña y luego algunos, los más jaraneros, se van a tomar unas copas al centro, tipo calle Pinar o así. Y ahora se pondrán a preparar las siguientes ferias, la británica, la de Berlín.

Nuevas citas con nuevos proyectos y nuevos datos. El turismo es una gran fábrica de imaginar cosas, siempre moviéndose sus representantes de un lado para otro. La feria madrileña bajó un poco de expositores este año, por eso de la crisis. Mas fue muy visitada, todo hay que decirlo. Hoy se acaba, incluso para el público profano, que aprovecha los dos últimos días para atrapar folletos multicolores e imaginar viajes que la crisis no le va a dejar hacer.

Pero con un folleto de Fitur en la mano también se sueña e incluso también se goza. Buen viaje, aunque sea un maravilloso viaje imaginario alrededor del universo mundo.

Ya acabó la feria, todo el mundo a casa, a trabajar para que el turismo no nos deje y siga soportando, él solito, la terrible crisis en la que nos han metido los corruptos y no corruptos de este país.