Ya es más de medio año el tiempo que llevan los trabajos de construcción del anillo insular por el Sur de la Isla a un ritmo muy bajo, prácticamente parados. La situación se deriva de la falta de financiación para acometer los trabajos que faltan y que permitirían su puesta en funcionamiento. En la comarca Suroeste de la Isla el malestar crece por momentos.

El pasado noviembre, el consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial, Domingo Berriel, aseguró que la apertura al tráfico de la parte del anillo insular comprendida entre La Atalaya (Adeje) y Santiago del Teide se producirá a finales de este año.

El mismo consejero habló en sede parlamentaria de que habría 18 millones de euros en 2013, cantidad que, además de ser insuficiente para la necesidad de la obra, la mayoría de ese dinero se corresponde con cantidades previamente invertidas. De hecho, se presupuestan 120.000 euros para una obra que requiere unos 20 millones.

Para poder completar el tramo Sur del anillo insular tendrán que construirse los puentes de Vicácaro y del barranco de Erques, en suelo isorano. Actualmente, esa actuación depende de que el mencionado Berriel firme la autorización para construir los puentes de Guía de Isora.

El consejero de Carreteras del Cabildo de Tenerife, José Luis Delgado, ha defendido en todo momento esta obra como "prioritaria" por cuanto se trata de una inversión que favorecerá a toda la Isla, especialmente al tráfico laboral entre las comarcas del Norte y del Sur.

En este marco, además, se da la circunstancia de que en el anillo insular están invertidos 150 millones de euros, por lo que las autoridades municipales consideran que "es incomprensible" esta situación.

Curiosamente, sí hay inversión para la Vía Litoral de Santa Cruz de Tenerife, unos doce millones de euros. De ahí el empeño del consejero insular por diferenciar las actuaciones en carreteras, de forma que lo que realmente son "calles" de un municipio se financien como tal y no en el marco de obras insulares. Una línea en la que tiene el apoyo de un grupo de alcaldes, especialmente del Sur.

Mientras tanto, la obra del anillo insular por el Norte sí continuará, aunque tampoco el nivel que se esperaba. La diferencia respecto al Sur estriba en que la financiación tiene otro cariz.

En el Sur ya se prepara un movimiento de protesta.