Padece de asma, pero lo aplaca con el Ventolín, lleva varios clavos en la cadera desde hace años, pero no cojea y asegura que, segura- mente si se explora más a con- ciencia descubre más cosas. Sin embargo, Javier Krahe asegura que se encuentra estupendamente bien, sobre todo de la cabeza. Lo que me importa es que se me sigan ocurriendo canciones y eso, afor- tunadamente, continúa pasando. Mañana, a partir de las 21:00 ten- drá la oportunidad de demostrar su buena forma sobre el escena- rio del teatro Leal de La Laguna, donde interpretará dos docenas de temas en un concierto de una hora y media de duración, “como las películas”, apostilla.

¿Cómo será el espectáculo que ofrecerá mañana en La Laguna? Actuaré acompañado por tres músicos, un guitarrista, un con- trabajista y otro con instrumen- tos de viento e interpretaré un repertorio bastante salpicado, con temas de siempre, pero tam- bién con cuatro o cinco temas iné- ditos. En total serán unas veinte canciones y la duración será aproximadamente de una hora y media. Me gusta que los conciertos duren lo mismo que las películas. En su extensa discografía se incluyen trabajos con títulos como “Dolor de garganta”, “Cába- las y cicatrices” o “Toser y can- tar”. ¿Si cuando uno es pequeño presume de heridas y tiritas, en el momento en el que se hace mayor se recrea con sus achaques? ¿Estás hablando del cuerpo, ver- dad? No cabe duda de que ya tengo algunos achaques, pero los voy sor- teando y, además, de la cabeza estoy muy bien, quizás algo pere- zoso, pero me encuentro estu- pendo. Soy asmático, pero me lo quita el Ventolín, tengo clavos en

la cadera de cuando me rompí una pierna, pero no cojeo, y segura- mente si me exploro más tengo más cosas... No obstante, lo que me importa es que se me sigan ocu- rriendo canciones y, eso, afortu- nadamente continúa pasando.

Temática en estos momentos hay de sobra...

En todos los momentos hay. Sobre todo porque para compo- ner yo siempre me dejo llevar por mis querencias. Así que sean los tiempos que sean, de cada diez can- ciones que haga, ocho serán pen- sando en alguna mujer. Esas modas nunca pasan. Después hay otras que son un poco excén- tricas, igual me puedo referir a algo que esté sucediendo ahora, pero no tengo la menor gana de ser un cronista o un comentarista de la actualidad.

Y ¿para cuándo un nuevo disco?

Ya tengo material suficiente para grabar un nuevo disco, pero me temo que saldrá para cuando se acabe la crisis.

O sea, qué es cuestión de la industria...

Como cualquier empresa, las dis- cográficas solo piensan en los bene- ficios, algo sobre lo que no tengo nada que objetar. Además, ahora se vende un diez por ciento de los discos que se vendían hace diez años. Sin embargo, tengo que reco- nocer que todo ha cambiado muchísimo y ya no conozco cómo funciona por dentro esta indus- tria.

Por contra la figura del cantautor, que tiene constantes altibajos, parece que vuelve a estar vigente...

Sé que hay muchos , porque me regalan maquetas y eso. Pero no sé si ahora son más que antes. Creo que siempre ha habido muchos, lo que sucede es que a veces están un poco ocultos o se mueven en un territorio local y, por tanto, no se conocen en el conjunto nacio- nal. Pero no soy un gran seguidor de la música. No estoy muy en con- tacto con lo que está pasando.

Entonces ¿qué música escucha?

Si es para ponerme un disco, más bien clásica y si es para estar delante, me gusta el flamenco. Aun así, no se me ocurre ir por estos derroteros porque lo que yo hagoes bastante heterogéneo y no casa con eso.

También sus temas han sido can- tados por otros. Hace unos años se editó un disco homenaje. ¿Qué sintió escuchando sus canciones en la voz de otros?

Realmente me resultó muy extraño. En su día agradecí el pro- yecto por lo que suponía de cariño hacia mí, pero he de reco- nocer que no me gustan los homenajes y, por eso, se hizo sin mi conocimiento. De hecho, salió adelante porque cuando me enteré se habían grabado 18 canciones, ya que si hubieran sido una o dos lo habría parado.

Uno de los episodios más ingra- tos que ha tenido que afrontar recientemente ha sido el juicio por blasfemia por un vídeo grabado en 1977. ¿Qué opina que ahora los delitos de financiación ilegal vinculados al caso Bárcenas hayan prescrito?

Es todo un auténtico disparate. Además, lo mío no era un delito. Menos mal que el juez fue sensato. Lo curioso es que se haya recurrido la sentencia. Esto demuestra que es todo una farsa, un auténtico cho- llete para los que interpusieron la querella. Aun así, no me importa que sigan adelante porque sé que no van a ganar.

En Tenerife estamos a un paso de que comience el Carnaval en la calle. ¿De tener que elegir un disfraz entre niño cantor de Viena o flautista de Hamelin, con cuál se quedaría?

Sin duda el de niño cantor de Viena. De pequeño los vi actuar, y además, cuando iba al colegio me eligieron para contar en el coro, aunque solo fui una vez porque se ensayaba los domingos.

¿Y entre el de canalla y el de caba- llero con armadura?

Los dos tienen su atractivo, pero preferiría el de varón rampante.