Alfons Cornella es experto en innovación empresarial. Aunque reconoce la importancia de la tecnología, insiste en que lo importante es que las organizaciones sean más eficientes y aporten valor. Canarias, cree, puede ser un "trasatlántico" de Europa que transforme África.

¿Qué gana una empresa que apueste por la innovación?

Sobrevivir. Lo que demanda la gente cambia, evoluciona, y lo que antes funcionaba, ahora deja de hacerlo. La competencia lleva a identificar nuevas oportunidades que aporten valor y que lleven a un resultado que permita sostener la empresa en el futuro. Ya casi nadie es ajeno a la necesidad de innovar para sobrevivir.

Ofrece un servicio "profesional" de innovación. ¿Cómo se hace "profesional" la innovación?

El gran problema de la innovación no es querer, sino poder. Nadie dice que no quiere innovar, el problema es cómo hacerlo, que no es fácil. El método no es algo tan obvio, se necesitan unas maneras de hacer, se necesita alguien que ayude a hacerlo.

¿Qué oportunidades de negocio puede abrir la innovación en una economía de servicios con una tasa de paro del 33% y un alto índice de fracaso escolar?

Canarias no es tan diferente a otros lugares. En cualquier lugar del mundo puedes hacer cualquier cosa porque existe un mecanismo logístico e internet. Hoy, si tienes una propuesta o nicho de servicio es igual que estés en Tanzania o Israel. La detección de oportunidades es el gran problema, no estamos acostumbrados a ello. También es muy importante descubrir los activos que uno tiene que los diferencia del resto. En clave canaria eso se llama turismo, el clima. Pero emergen cosas nuevas y atrevidas, como África. Sin duda, la gran oportunidad de Canarias es África. En los últimos 20 años hemos visto ese continente como un sumidero de recursos, pero muchos de sus países crecen al 8% y al 9% y Canarias puede ser el trasatlántico de Europa que genere servicios y formación a las empresas que van liderar el crecimiento del continente y lo transformen. Esto no se hace de la noche a la mañana y, además, requiere mucha inteligencia, pero alguien lo hará y nadie está en mejor condiciones para llevarlo a cabo que Canarias.

El Gobierno canario reivindica la situación geográfica como un valor en sí mismo para las empresas de cara a África, pero usted cree que eso da igual.

Es que lo importante no es la posición geográfica en el sentido de un puerto franco, sino qué tienes que puede ser de interés. Allí se necesitará en los próximos años tecnología de medio nivel que permita generar electrodomésticos simples, maquinaria elemental, y eso lo tenemos, hay empresas españolas que están creciendo en Sudamérica haciendo eso mismo. Es más una ventaja de formación y de acuerdos para que aparezcan allí empresas con tecnología que nosotros tenemos. Una de las formas en que Europa puede formar una África que sea el próximo gran mercado mundial es Canarias, y en eso sí que la proximidad geográfica es importante.

¿Las nuevas tecnologías abrirán las puertas a las empresas creadas en ese contexto o también ayudarán a las tradicionales?

No me gusta hablar de tecnologías, son un mero instrumento, por eso hablo de innovación. Hay que ver qué sectores tienen recursos y marca para apoyar su transformación. No todos pueden: hay empresas y sectores que no tienen salida porque dejaron de ser competitivos a nivel global.

Aún con la innovación, ¿es posible seguir creciendo al infinito o el modelo económico ya llegó a su límite?

La tendencia es que la gente tenga más tiempo libre y la pregunta es más cómo emplearlo que cómo gastar el dinero. El consumismo es degradante en sí mismo y la cultura debería ganar terreno. El uso del tiempo libre como recurso económico es algo extraordinariamente interesante que puede derivar del consumo.

La clave del éxito: la internacionalización

En España hay dos mundos completamente distintos en lo que a empresas se refiere. Por un lado están las empresas que exportan, y por otro, las que no exportan. Son universos paralelos. Entre las que exportan, abundan las que afirman que están en el mejor momento de su historia porque son más competitivas y saben hacer sus negocios bien, mientras que las otras, que dependen del mercado interno, están muy depauperadas y deprimidas. En este sentido, en Canarias hay que cambiar la mentalidad y no conformarse con que el sol brille, aunque "no va a ser fácil", admite Cornella.