Lo que tenía que haber sido una rápida y cómoda travesía entre Tenerife y La Palma, se convirtió ayer domingo y debido al temporal que afecta a las islas, en una auténtica pesadilla en el mar, que se prolongó más de diez horas.

Los más de doscientos pasajeros que zarparon del puerto de Los Cristianos a bordo del buque Benchijigua Express de la compañía Fred Olsen,nunca imaginaron que iban a estar más de diez horas metidos dentro del barco soportando las bravas embestidas del fuerte oleaje que ocasionó el temporal que azotó a las islas este fin de semana.

Las esperanzas de atracar en el puerto de Santa Cruz de La Palma se desvanecieron cuando la Autoridad Portuaria decretó su cierre y la imposibilidad de dar amarre a cualquier barco debido a los fuertes vientos de más 100 kilómetros por hora que azotaban en ese momento de la tarde al recinto portuario palmero.

El Benchijigua no tuvo otra opción que volverse a las siete de la tarde al puerto de Los Cristianos, desde el que había zarpado cuatro horas antes, volviendo a tener que enfrentarse a olas de más de tres metros que abatían a un buque difícil de maniobrar en tales condiciones.

El anuncio por parte del capitán de que la Autoridad Portuaria había cerrado el puerto, provocó el desespero de los pasajeros en ese momento, dado que nadie entendía porqué no se hizo volver al puerto de Los Cristianos al fast ferry una vez declarada la alerta roja por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), y cuando el barco aún se encontraba en La Gomera.

Así lo pensaba Raúl, vecino de Los Llanos de Aridane que regresaba de Tenerife después de un fin de semana en compañía de su esposa y dos hijos.

"Es lamentable que pase esto, dado que se sabía que la situación iba a empeorar a partir de las tres de la tarde, según las predicciones de la Aemet", declaraba a un colaborador que se encontraba entre el pasaje.

"Cuando salimos de Los Cristianos, el mar estaba bueno, y se sabía que iba a empeorar en las siguientes horas, ¿por qué no se tuvo en cuenta este hecho?", se preguntaba.

Tras unas duras horas de travesía con rumbo a Tenerife, el empeoramiento del mar obligó al buque a desviarse a La Gomera dónde intentó sin éxito el atraque llegando incluso al amarre de los cabos, y es que la resaca del interior del puerto era tal que imposibilitó la bajada de las compuertas y mucho menos de la instalación de la escalinata.

Cuando el barco se aproximaba a La Gomera, se conoció entre los pasajeros que el puerto de Los Cristianos se había cerrado también porque ya estaba siendo azotado por fuertes vientos, de ahí que la desesperación se hiciera presente entre muchos de ellos.

Tras la nula operación de atraque en la Gomera, el barco cogió rumbo hacia Tenerife e inmediatamente el capitán anuncia por megafonía que el puerto de destino iba a ser el de Santa Cruz de Tenerife.

Según las explicaciones del máximo responsable del barco, "sólo en el último momento se nos dijo que el puerto palmero estaba cerrado, en las informaciones anteriores nunca nos señalaron esa posibilidad".

Carlos, vecino de Las Breñas, también viajaba con su esposa y un hijo, y su mayor preocupación era el tener a otro menor sólo en la casa de La Palma, que en ese momento estaba sufriendo las embestidas del viento.

"Además tengo a mi padre de 90 años sólo en su casa y nadie que pueda atenderlo", explicaba impotente por la decisión del cierre del puerto.

Entre el pasaje se encontraban un grupo de turistas franceses que se dirigían a la Isla Bonita para disfrutar de unos días de vacaciones.

Estos pasajeros mostraron de forma clara su malestar por la situación que estaban viviendo, y aludían a la responsabilidad de las autoridades por permitir que un barco navegara bajo esta difícil situación meteorológica.

Tras tantas horas de permanencia dentro del buque, la tripulación del Benchijigua ofrecía amablemente a los pasajeros toda clase de atenciones, dada la peculiar situación que estábamos viviendo.

"Una situación así no había vivido en el tiempo que llevo trabajando en esta compañía", nos decía un camarero, "que no se pueda atracar en ninguno de los tres puertos, eso no lo había visto antes".

El capitán del buque personalmente habló con los pasajeros pidiendo disculpas, a la vez que nos explicó cuál era la situación que se había vivido en esa tarde de temporal.

El barco atracó a las doce de la noche en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.