Bodegas Viñátigo, capitaneadas por Juan Jesús Méndez, se lanza tras más de dos décadas a un cambio en su etiquetado con el que esta referencia pretende dar un aire renovado y moderno ante un mercado cada vez más exigente.

Para dar a conocer este cambio tan importante, Méndez ha elegido el restaurante lagunero El Escaramujo (detalle de la sala, foto de Manuel Expósito). Junto al cocinero Jacobo Llarena, se ofrecerá una exclusiva cena maridaje para unos cincuenta comensales pasado mañana, jueves.

Después de un año de trabajo, el equipo que conforma la filosofía de Viñátigo ha llegado a concretar una imagen donde una escalera representa los bancales en los que se cultiva el viñedo, en unas islas de orografía tan difícil.

Unas nubes simbolizan los vientos Alisios que, procedentes del Atlántico, generan este microclima tan especial que condiciona el cultivo del viñedo; por último, el volcán que proporciona estos suelos que confieren a los vinos una extraordinaria mineralidad. Además, la etiqueta incluye la información relativa a cosecha, denominación de origen, añada y se traslada al frontal la numeración de la botella, así como el total de ese tipo de vino que se ha obtenido en la correspondiente cosecha.

En la contra, con una tipografía de letra más legible, se presenta un primer párrafo en el que ofrece algunos detalles sobre el cultivo de la uva en esta zona del norte de Tenerife, como la ausencia de filoxera, los viñedos en pie franco y, asimismo, las características del clima y del suelo de origen volcánico que, sin duda, marcan esta viticultura de montaña.

Por último, se detalla una breve descripción organoléptica del vino, así como una sugerencia de maridaje, intentando que todo sea en un lenguaje fácilmente entendible por el consumidor.

Bodegas Viñátigo nace en 1990 en el municipio de La Guancha, en el norte de Tenerife, como el relevo a una bodega familiar de gran tradición, incorporándose las más modernas técnicas y los equipos adecuados que han permitido alcanzar la gran proyección que en la actualidad caracteriza a sus caldos.

La bodega, es ejemplo de simbiosis entre vino y volcán, de manifiesto en las diferentes zonas de degustación, crianza y envejecimiento que es visitable.