Sinforiano Bonilla fue uno de los cientos de pasajeros que el pasado día 3 vivieron una auténtica odisea en el barco "Benchijigua Express" que cubría la ruta Tenerife-La Palma-La Gomera, aunque "si el resto lo pasó mal, a mí me dieron un extra", dice. Su rocambolesca aventura se prolongó algunos días más, hasta el punto de ser abandonado en el puerto de San Sebastián.

Bonilla cuenta aún con cierta angustia cómo el pasado domingo "hicieron dar la vuelta al barco cuando estábamos a tan solo una milla" del puerto de La Palma, "poniendo en serio riesgo nuestras vidas al meternos de nuevo en medio de la tormenta". A su juicio, "era más lógico dejarnos entrar o enviarnos al puerto de Tazacorte, que para algo está, al menos como zona para poder refugiarnos", aunque lo cierto es que las condiciones marítimas en el Oeste de la Isla tampoco daban en esa fecha garantías, más bien al contrario, para la operatividad de las embarcaciones.

El temor por lo vivido le hizo presentar una queja en el puerto de Santa Cruz de Tenerife mostrando su indignación por lo ocurrido. Sin embargo, "solo era el principio de lo que me esperaba", narra.

Sinforiano Bonilla, junto a otros pasajeros, reanudó el viaje a La Palma el martes, día 5. Cuando se dirigía al muelle de Los Cristianos, dice, "sentí angustia por lo vivido el domingo y paré en un centro de salud para que me dieran algo para tranquilizarme". Pese a la ansiedad que estaba sufriendo, decidió subirse de nuevo al "Benchijigua Express": "Tengo responsabilidades que atender y no tenía más remedio que embarcarme", asegura, aunque su estado de angustia no parecía remitir.

Después de que la embarcación de Fred Olsen partiera, Bonilla decidió ponerse un chaleco salvavidas: "Lo hice para sentirme algo más tranquilo; estaba nervioso". La actitud del pasajero no pasó desapercibida para la tripulación, lo que hizo que "el segundo de abordo viniera para indicarme que me tenía que sacar el salvavidas. Que no lo podía llevar puesto durante la travesía. Lo hizo muy correctamente, no hubo ninguna discusión, fue una conversación tranquila". Aún así, el afectado se negó a seguir las indicaciones. "Lo hice por mayor seguridad", sentencia.

El "Benchijigua Express" llegó a San Sebastián. Dos agentes de la Guardia Civil se subieron a la embarcación "se acercaron a mí y me dijeron que por orden del capitán tenía que abandonar el barco. Me quedé sorprendido, pero les hice caso". Minutos más tarde, el buque de Fred Olsen sigue su ruta con destino a La Palma, sin ni tan siquiera desembarcar el vehículo del pasajero afectado. "Los agentes me tomaron los datos y se fueron. Me quedé en el puerto de La Gomera, sin coche, sin recursos económicos... Fue una situación angustiosa. Me puse a caminar para tranquilizarme, hasta que llegué a una plaza. No sabía qué hacer. Llamé al 112 pero después de explicar lo ocurrido, entendieron que no era una emergencia".

Bonilla acabó pasando la noche en la pensión Hespérides. Afirma que "le conté la situación al propietario, lo que había vivido y que en ese momento no tenía dinero. Tengo que agradecerle que me haya dejado quedar en su establecimiento". Su historia queda expuesta en dos denuncias presentadas ante la Delegación del Gobierno en La Gomera y ante el Juzgado número 1 de San Sebastián, así como en una queja ante la Autoridad Portuaria.

Al día siguiente "me voy al puerto de San Sebastián y me dicen que el barco, a la vuelta de La Palma, me habían dejado el coche allí, en unas explanadas", comenta el afectado, quien deja claro que "no quiero ni busco nada para mí, solo pretendo que lo que yo he vivido no lo viva nadie más".