Álvaro se da tiempo para analizar el batacazo de ayer. Visto desde fuera no merece mucho esfuerzo. El Tenerife no entró como otras veces, no apretó al rival, tardó un mundo en recuperar la pelota cada vez y abrió el partido a la sorpresa, sin proponérselo, claro, pero provocando de manera inconsciente una situación que suele presentársele de vez en cuando a los equipos muy grandes frente a los muy pequeños. Lo niegan todos los actores. Es lógico, pero ninguno de ellos, ni el entrenador ni sus jugadores, puede dejar de admitir que todo lo que fueron precauciones ante la visita del Real Madrid C, avalado por su calidad individual, fue laxitud ayer, ante un rival fácilmente subestimable, mucho más en una semana de grandes distracciones de futuro (renovación del entrenador y puesta en público del proceso de la preconcursal). Del Guijuelo, ni una palabra...

A los 10 minutos ya se veía venir que el Tenerife podía pinchar. Fue precisamente en ese minuto cuando Alberto perdió una pelota como último hombre que obligó a Bruno, el jugador más parecido ayer a sí mismo de todo el equipo, a hacer una carrera prodigiosa para evitar el 0-1. El Tenerife no estaba y, aunque lo que se le echaba en juego era fluidez, conexiones hacia adelante con la pelota, lo que de verdad lo separaba de su mejor versión era la falta de hambre en la presión. Mejor dicho, la falta de presión... El rival se cerró en pocos metros y lejos de su área, colocó dos líneas de cuatro y dos jugadores más avanzados y no renunció nunca a salir jugando, descolgando cuatro y cinco elementos para rodear al poseedor de la pelota. Su gran baza fue que el Tenerife le dejó hacer. Los blanquizales tenían casi siempre el balón, tocaron en el fondo para intentar meter la pelota jugada más arriba, bajó Loro a darle continuidad al toque... todo conforme a la norma de este equipo en casa, salvo que tras cada pérdida el bloque se quedó parado y lejos del rival. En eso sí fue un equipo diferente este Tenerife de ayer, que no remató entre los tres palos en la primera mitad, porque su gol (29'') fue un centro de Raúl Llorente que peleó Martí, -el balear las luchó todas- y Manolo cedió hacia su marco con tan mala suerte que pilló a contrapié a su portero.

La ventaja confirmó al líder en su error, el equipo siguió viendo el partido desde dentro sin trabajarlo, sin provocar que pasaran más cosas. Y estas actitudes en el fútbol las carga el diablo. El castigo te llega cuando y como menos lo esperas. Es como un efecto justiciero que termina por poner a cada cual en su sitio. Era el último suspiro de la primera parte, Valero, el lateral derecho, hizo un cambio de orientación a placer (que mire Álvaro como todos lo dejaron hacer), la pelota le llegó a Jaime Moreno, que soltó un zapatazo que se coló por encima de Aragoneses: 1-1 y a la caseta.

El Tenerife no mejoró tanto como necesitaba tras el descanso. Es verdad que ganó metros hacia delante, provocó córners, su mayor fuente de peligro con las roscas envenenadas de Luismi Loro, y llegó a tener fases en las que el Guijuelo tuvo que hacer un repliegue intensivo con las dos primeras líneas pegadas en el balcón del área, pero los locales no tuvieron claridad, ni chispa, tal vez porque no hay un botoncito que tocar a mitad de un partido que cambie la indolencia por inspiración.

Viendo que el frente de ataque se nublaba, Álvaro hizo dos cambios. Puso en el campo a Chechu, lo colocó en la izquierda, quitó a Yeray y le dio la manija del juego a Cristo. El otro cambio fue la entrada de Ayoze por Martí. Es probable que buscara un jugador más móvil, que se limpiase rivales con su regate, que entrara y saliera del área... pero luego echó de menos a Martí, porque cuando menos lo esperaba, llegó el 1-2. Fue en la única contra verdiblanca en la segunda mitad, siempre girando alrededor de la calidad de Romero. Otro centro de banda a banda, ahora al revés, de Jaime Moreno a Valero, lo paró a placer el lateral y golpeó picado, tocó en Llorente, y se fue al fondo de la red. Faltaban 20 minutos para el final y había que cambiar todas las dinámicas en el campo. Cervera tiró de Nico, quitó a Sergio Rodríguez y puso al delantero de lateral. Extrañó sobre manera que no pasara a Chechu al costado derecho y a Nico a la media punta izquierda. Total, que el cambio se convirtió en un episodio totalmente intrascendente para el juego y los minutos fueron corriendo con un ejercicio de desesperación, de desorden, de ansiedad y frustración. Solo el remate de Alberto (83'') al que respondió Edu de manera prodigiosa (¡tardamos casi hora y media en saber que era bueno!) pudo equilibrar el marcador.

No parece grave el tropiezo, porque está clara la causa. Partido mal preparado (mental) y peor jugado.

CD tenerife-GUIJUELO

CD Tenerife: Aragoneses, Sergio Rodríguez, Bruno, Alberto, Raúl Llorente, Íñigo Ros, Yeray, Suso, Luismi Loro, Cristo Martín y Guillem Martí. En el minuto 63, Ayoze y Chechu entraron por Martín y Yeray. En el 73, Nico sustituyó a Sergio Rodríguez.

Guijuelo: Edu (2); Valero (2), Jonathan (1), Manolo (1), Ismael (1); Gonzalo (1), Pelayo (1); Manu (1), Romero (2), Jaime Moreno (2) y Torres (1). En el minuto 77, Juanmi ( s.c.), por Jaime Moreno; 88, Aitor Aspas (s.c.), por Manu; y en el 91, Herranz (s.c.), por Romero.

Árbitro: Santiago Varón Aceitón (1). No tuvo grandes errores de apreciación, pero no aplicó el mismo criterio en el uso de las tarjetas por idéntico motivo: las pérdidas de tiempo. Mostró amarilla a Sergio Rodríguez (44'') por demorar un saque de banda y luego permitió que el meta Edu prolongara hasta cuatro veces el saque de portería antes de ver la amarilla (66''). Casi le obligó el público a mostrarla. También fueron amonestados Romero (17''), Pelayo (17''), Jonathan (84'') y Juanmi (90'').

Goles: 1-0, min. 29: Centro de Raúl Llorente que Manolo cabecea hacia su propia portería; 1-1, min, 45+1: Trallazo de Jaime Moreno desde el vértice del área que supera a Aragoneses; 1-2, min. 70: Centro de Jaime Moreno que controla Valero, remata y tras dar en Raúll Llorente se va al fondo de la red.

Incidencias: Partido de la vigésimo octava jornada de la Liga de Segunda División B, Grupo I, disputado en el Heliodoro Rodríguez López, ante 8.268 espectadores. Mañana soleada y terreno de juego en aparentes buenas condiciones. Pitos al juego del Tenerife en algunas fases del encuentro. Primera visita del Guijuelo al Heliodoro, en la que lució su indumentaria verde y blanca. Y primera derrota del Tenerife en casa en toda la temporada.

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