La frase más repetida durante la elaboración de este reportaje -la tarde del pasado jueves- fue la siguiente: "Esto es lo mejor que han hecho desde que tengo uso de razón". Es el ilusionado testimonio de una veintena de chicos de entre ocho y 30 años que durante dos horas diarias, de siete a nueve de la noche, de lunes a viernes, comparten el tiempo y el esfuerzo en el humilde, pero coqueto gimnasio que han montado en la sede de la asociación de vecinos Cueva Roja, en la zona alta del municipio de Santa Cruz.

José Miguel Siverio, el monitor, fue campeón de Canarias y de España amateur. Ahora es árbitro y aspirante a preparador nacional que intenta inculcar su pasión por el boxeo a estos jóvenes, aunque es lo de menos. "Hay algunos con grandes cualidades, pero lo importante es que están inmersos en la actividad física y entretenidos. Mientras están aquí, no están en la esquina con hábitos menos sanos y adquieren autodisciplina, sentido colectivo de las cosas y camaradería". Siverio sí critica "esas mezclas que son el king boxing o muay thai, con todos mis respetos, que hacen bastante daño a un noble arte como es el boxeo. Esto es otra cosa, algo sistematizado y con una intención de integración social. En otros sitios, como en Cuba, sirve de manera sistematizada para ayudar a la gente, sobre todo a la juventud, y no veo por qué aquí no puede ser igual".

Lo corrobora Alberto Bolaños, presidente de Cueva Roja que plantea la filosofía de partida de su directiva: "Hace un año llegamos al cargo y aquí no había nada de nada. Poco a poco, con el trueque y el poco dinero que tenemos hemos ido desarrollando actividades como las clases de informática con ordenadores reciclados, alfabetización, inglés y otras asignaturas en horario extraescolar. Pero siempre con participación de todos, ciudadana y vecinal, con la solidaridad por bandera. Aquí funcionamos como una cadena en la que cada uno aporta lo que sabe y puede, Por ejemplo estos chicos del boxeo van a dar clases de mantenimiento a aquellos que lo deseen. Seguimos teniendo problemas de infraestructura o transporte, pero ha habido un cambio positivo".

Un ring, pesas, cuerdas, el saco que no puede faltar, cascos, guantes...Un gimnasio en toda regla que ha ido tomando forma con la donación de materiales por parte de propios y extraños. Ese es el continente pero lo más importante es el "contenido".

Jóvenes, de la zona o de los cercanos Barrio Nuevo y La Salud, y la mayoría en paro. Es el perfil de los usuarios del Gimnasio Siverio, aunque en estos dos meses de trabajo -abrió el 18 de enero- se han unido sus familias, incluidas mujeres y niños.

Las historias son similares. Las de Zeben, Ramiro, Rubén, Yeray, Iván, Haridian, Brian. Alba, Jeremy, Ayoze,... Todos coinciden en que "en este barrio no hay nada, ni canchas deportivas ni parques, ni nada de nada. El día es muy largo y estar dos horas aquí cada día te da autoestima y te pone en forma. Te saca de la esquina y del aburrimiento de tu casa. Ha sido una gran idea".

Como sentencia el tópico del boxeo, estos chicos de Cueva Roja se enfrentan "a golpes con la vida", pero son golpes de integración social y de deporte, no de los otros.

José Miguel Siverio es "el padre de la criatura". Un encuentro con Alberto Bolaños, presidente de la AV Cueva Roja, propició la puesta en marcha de este gimnasio, modesto y humilde como quienes practican allí a diario la actividad física. Grandes y pequeños "se machacan para no estar en otros sitios menos sanos" con Siverio, ex campeón de España de boxeo, como guía.