Dos formas de artesanía que aún perviven, la de la porcelana japonesa de Arita y la de los fabricantes de guitarras de Casasimarro, se han encontrado hoy en San Sebastián en "Diálogos de Cocina", el foro donde cocineros de toda España se abren a otros campos del conocimiento.

Shinji Terauchi y Yukio Suzuta son los dos representantes de Arita que han abierto la segunda y última jornada de Diálogos de Cocina, que en esta cuarta edición ha dedicado sus debates a "Lo artesano en perspectiva".

En esa ciudad japonesa de 20.000 habitantes, situada en la prefectura de Saga, una quinta parte de su población está directamente ligada a la elaboración de esta porcelana conocida como Imari, que tiene una tradición de 400 años.

Sus diseños fueron exportados a Europa y tuvieron una gran influencia en los fabricantes del viejo continente, entre ellos la famosa casa Meissen, que copió algunos de sus modelos, como esos jarrones de estilo Kakiemon con sutiles adornos florales.

A través de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, llegaron millones de piezas a Europa, como las vajillas que reclamaban las familias reales.

"Hace unos años descubrí una pieza de Arita en el Palacio Real de Madrid", comentaba hoy Yukio Suzuta, director del Museo de la Porcelana de la ciudad nipona y "guardián" del conocimiento acumulado por los artesanos desde el siglo XVII.

Terauchi representa a una nueva generación, a un artesano que busca reformar el sector aunando tradición y modernidad para garantizar el futuro.

Está convencido de que "cooperación" es sinónimo de "supervivencia", más que la competencia que puedan hacerse los diferentes talleres, por lo que acaba de establecer una "unión en red" de algunos de ellos con el fin de evitar la desaparición de la industria.

Admite que a los artesanos no les hace "mucha gracia" transmitir sus conocimientos para la producción en serie, pero recalca que sin esa combinación de la tradición con la industria "no hay futuro".

Terauchi ve con esperanza el futuro, pero también se siente responsable del éxito que puedan tener las reformas. "Está en mi mano", asegura a EFE.

De Casasimarro, la localidad conquense que tiene en la fabricación artesanal de guitarras sus señas de identidad, ha acudido el lutier Vicente Carrillo.

Tras mostrar un vídeo sobre la larga y trabajosa gestación de la guitarra, ha asegurado que a él le beneficia esa "imperfección total" que es la obra de artesanía.

"Porque ninguna guitarra sale igual, cada una tiene su alma", ha afirmado Carrillo ante la mirada de José Miguel Carmona, el guitarrista y exmiembro de Ketama, que le ha acompañado en esta intervención "a cuatro manos".

Carmona, que ha tocado algunas piezas flamencas, y con aportaciones jazzeras, ha reconocido, al igual que Carrillo, la relación de amor-pasión/odio-desengaño que se establece con este instrumento.

"Si dejas de tocar dos o tres días, la guitarra te castiga. Hace que no puedas decir lo que quieres con ella", ha asegurado.