Francia y el Reino Unido urgieron hoy sin éxito a sus socios de la Unión Europea (UE) a levantar el embargo de armas a Siria y se dieron de plazo hasta finales de mayo para lograr un acuerdo, con la advertencia de que, si no lo hay, actuarán por su cuenta en apoyo de la oposición.

El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro británico, David Cameron, plantearon su iniciativa conjunta al resto de líderes europeos en la cumbre celebrada en Bruselas, pero tan sólo lograron arrancar un compromiso para que los titulares de Exteriores del bloque vuelvan a tratar el asunto la próxima semana en Dublín.

Según fuentes comunitarias, no hay voluntad de "acelerar" plazos y por ahora la mayoría ve más riesgos que ventajas en la idea de armar a la oposición.

"Debemos trabajar para encontrar una postura común", dijo Hollande al término de la cumbre, insistiendo en que su voluntad no es imponer una "ruptura" o movimientos "unilateralistas".

Sin embargo, también dejó claro que Francia "asumirá sus responsabilidades" si no se logra pactar la medida, que considera necesaria.

"El Reino Unido es un país soberano, tenemos nuestras propias políticas de seguridad y defensa; si queremos emprender acciones acciones individuales que pensamos que van en nuestro interés nacional, somos libres de hacerlo", dijo también Cameron.

Aunque Hollande confió en que pueda haber una decisión en un plazo de "semanas", la fecha límite fijada por Londres y París es el próximo 1 de junio, día en el que a falta de acuerdo dejaría de estar en vigor el embargo de armas europeo y, por tanto, las trabas para los Estados miembros.

El presidente francés insistió en que ha llegado el momento, tras dos años de conflicto, de dar a la coalición opositora lo que demanda.

"La coalición quiere, en vista de que no hay vía política por el momento, (...) tener los medios para defender a las personas y responder con armas a las armas", explicó.

Tanto Hollande como Cameron insistieron en que, si hay una forma de reavivar la opción de un final negociado de la violencia, esa pasa por elevar la "presión militar" de los rebeldes para forzar a Damasco a negociar.

Frente a Francia y Reino Unido, una amplia mayoría de gobiernos europeos sigue siendo reacia a facilitar la entrada de más armas en Siria.

Entre ellos, Berlín, que mantiene "reservas considerables" sobre la iniciativa y que teme que el movimiento lleve a otros países como Rusia e Irán a reforzar su apoyo al régimen de Bachar al Asad, dijo hoy la canciller alemana, Angela Merkel.

Si Alemania, pese a sus dudas, se ha mostrado dispuesta a discutir con el resto de socios, otros socios como Austria dejaron claro hoy que están en contra de la idea.

España tampoco es partidaria de levantar ya el embargo y prefiere esperar a que se acerque la fecha de vencimiento de las sanciones observando la situación sobre el terreno, según fuentes del Ejecutivo.

Un buen número de gobiernos ha expresado su temor a que una eventual entrega de armas termine beneficiando a grupos radicales, señalaron otras fuentes.

Frente a ellos, Hollande dijo que "el mayor riesgo sería no hacer nada" y aseguró que, con un levantamiento del embargo, "se reducirían los riesgos".

"Con las armas vale más controlarlas que dejarlas circular como pasa hoy", advirtió, para asegurar que dispone de "todas las garantías" de que el material sólo llegaría a la coalición opositora, reconocida por Europa como "representante legítimo" del pueblo sirio.

Además, afirmó que hay países, en concreto de la Liga Árabe, que podrían asegurar ese control y dar asistencia técnica a los rebeldes en el plano militar.

Tanto Londres como París insistieron en que siguen defendiendo una "solución política" y que precisamente consideran que ésta sería más realista con un aumento de la "presión militar" que puede ejercer la oposición contra el régimen.

"Creo que tendremos más oportunidades de ver un proceso político si la gente ve que la oposición siria, a la cual hemos reconocido y con la que estamos trabajando, es una fuerza creíble que cada vez crece y se refuerza más", resumió Cameron.