Terror es lo que debió sentir José Dalmacio, el niño de cuatro años asesinado por su padre, segundos antes de que este acabara con su vida en la azotea de la casa familiar la noche del pasado miércoles en el barrio de Piedra Hincada, en Guía de Isora. Una de las hipótesis de los investigadores es que el pequeño José Dalmacio Mendoza Soares fue el último en ser atacado. Los cadáveres fueron encontrados en distintos lugares de la vivienda de la calle Basalto.

El primero en ser apuñalado fue el abuelo, Dalmacio Mendoza Navarro, de 54 años, en el salón del domicilio. Supuestamente, la abuela y el menor huyeron aterrorizados hacia la azotea. La mujer, María de los Ángeles Bello González, de 50 años, recibió la agresión mortal en la escalera y ahí hallaron su cuerpo. El niño apareció con unas siete puñaladas en la azotea.

Una vecina, María del Carmen, comentó que en la cocina de su casa oyó gritos muy fuertes. Primero, de una persona mayor y después de un niño pequeño. Pensó que eran jóvenes y niños jugando en el polideportivo. Al salir a la calle vio al acusado ensangrentado, que le dijo: "Ya está todo hecho; los he matado a los tres".

En la agresión, el presunto autor sufrió una grave lesión en la mano, pues se cortó tendones y arterias en la parte interior. De hecho, la misma noche del suceso fue operado de urgencia en el Hospital La Candelaria, donde continúa ingresado y custodiado por la Guardia Civil. La sangre vertida en la vivienda y en el tramo de calle próximo fue considerable.

El acusado fue definido como un individuo alto y corpulento. La Policía Local fue la primera en llegar al escenario de la tragedia. Tras intentar huir al ver a la patrulla, un vecino tuvo que ayudar a los agentes para reducir al presunto asesino después de un forcejeo. José Antonio G.S. salió a la calle ensangrentado y en ese momento los vecinos alertaron a la sala operativa del 1-1-2.

Al comenzar su relación, José Antonio y su esposa vivieron con los padres de ella. Después trasladaron su residencia al barrio de Armeñime, en Adeje. Y hace cinco meses volvieron a vivir con los suegros del detenido, que acondicionaron el salón de la casa para ello. Supuestamente, José Antonio tuvo varios episodios violentos en Armeñime, pero ninguno llegó a ser grave.

De hecho, el pequeño José Dalmacio seguía escolarizado en la escuela del citado barrio adejero. José Antonio G.S. trabajó en la construcción, pero ahora estaba en el paro. Su suegro, Dalmacio Mendoza, representaba el arquetipo de miles de gomeros en el sur de Tenerife, pues se caracterizaba por su seriedad y capacidad de trabajo. Era encargado de varias fincas agrícolas en el límite entre Guía y Adeje.

La abuela, que, como su marido, procedía de La Gomera, residió durante años en el barrio sureño de La Higuerita. En este último núcleo se encuentra ahora la madre del pequeño José Dalmacio -que se encontraba trabajando durante los hechos-, junto a su única hermana.

El Pleno del Ayuntamiento de Guía aprobó por unanimidad un manifiesto de repulsa por la muerte del niño y sus abuelos. La corporación acordó declarar tres días de luto oficial en el municipio, en los que quedarán suspendidos los actos organizados por el consistorio. El alcalde, Pedro Martín, condenó los asesinatos, "que nos avergüenzan como pueblo", y mostró el deseo de todos: "que Dios ayude a la familia".

María del Carmen estaba en su cocina cuando oyó gritos desgarradores. Primero fueron de adultos y después de un niño pequeño. Cuando salió a la calle, se topó con el presunto asesino, que le dijo: "Ya está hecho; los he matado a los tres".

Jesús Martín señala que José Antonio estaba muy integrado en Piedra Hincada. Tres días a la semana acudía con su pequeño al polideportivo para practicar fútbol sala junto a jóvenes. Recuerda que casi siempre llevaba al niño en hombros.