El Cabildo insiste en la necesidad de que las obras del cierre del anillo insular continúen adelante porque, de otra forma, la Isla frenará su desarrollo social y económico, lo que traerá aparejado que la zona noroeste de la isla se vea condenada al aislamiento, informó hoy la Corporación tinerfeña en un comunicado.

El consejero insular de Carreteras y Paisaje, José Luis Delgado, comparte la preocupación del secretario insular del Partido Popular (PP) de Tenerife, Manuel Domínguez, en el sentido de priorizar la inversión en carreteras pero le aclara que más que traspasar la partida de los trenes a las vías insulares –lo que implica reducir inversiones en Tenerife- “lo verdaderamente urgente en estos momentos”, es que con la responsabilidad de su cargo actúe “para que sus diputados, senadores y ministros repongan en Tenerife las inversiones que el anterior gobierno tenía comprometidas en el Convenio de Carreteras”.

Delgado le advierte que, “de no hacerlo, la paralización del anillo insular derivaría en un despido masivo de trabajadores ante la falta de anualidades del presupuesto, cuyo único responsable es el gobierno del Estado, que bajó de 207 a 69 millones de euros la inversión en carreteras”.

El consejero del área recuerda que el anillo lleva parado un año e insiste en que se trata de la obra más importante de la Isla en relación a la movilidad de los ciudadanos, ya que acerca a los tinerfeños a la zona de trabajo, hospitales y universidad.

José Luis Delgado señala que el Gobierno del Estado no tiene claro dónde están las prioridades inversoras de Tenerife porque las carreteras no son simplemente infraestructuras para vehículos sino “el elemento responsable de estructurar el equilibrio territorial y socioeconómico, pues permiten el tránsito de las personas, la distribución de las riquezas y el medio que hace posible que se compartan servicios educativos, sanitarios y sociales, además de distribuir el trabajo de una manera racional. Es decir el desarrollo de los pueblos”.