La mujer tenía un papel más activo en las antiguas sociedades prehispánicas de Canarias que en otras culturas más avanzadas con las que coexistió y era objeto de culto como origen de la vida, según las conclusiones de los estudiosos del Parque Arqueológico de la Cueva Pintada de Gáldar.

La revisión y el análisis de una numerosa colección de figurillas humanas de pequeño tamaño, elaboradas en barro, que se han ido recuperando en ese yacimiento de la capital prehispánica de Gran Canaria desde que se iniciaran en él campañas arqueológicas en los años ochenta, apuntan a esa función de la mujer como elemento mágico, capaz de conectar con el dios de aquellos isleños.

"Exceptuando dos figuras, casi todas son femeninas", subraya en declaraciones José Ignacio Sáenz, el director conservador del Parque Arqueológico, al describir la exposición "Las terracotas prehispánicas de la colección Cueva Pintada: la representación de lo femenino", que se exhibe en marzo en homenaje al Día de la Mujer.

Una decena de ídolos de pocos centímetros de altura nunca antes mostrados al público y en los que se aprecia claramente su sexo femenino, reflejado mediante atributos evidentes como senos, vulvas o vientres prominentes, o a través de otros elementos como tocados y decoración corporal, conforman la exposición, complementada con fotografías ampliadas de diminutos detalles de las piezas.

Con ello se ha querido ampliar la difusión de estas "figuras pequeñitas que a veces pasan desapercibidas y que, gracias a esta exposición, a las fotos que se han hecho y al material que se ha colocado en internet, pueden apreciarse en todos sus detalles, algo que, de otra forma, sería complicado", declara Sáenz.

Del significado de estas piezas, que "no tienen una datación concreta sino están datadas por el contexto en que han aparecido y porque son similares a otros objetos, que van del siglo VI al XVI más o menos", el director conservador de la Cueva Pintada de Gáldar admite que, a ciencia cierta, "son como grandes enigmas de la arqueología", aunque quienes las estudian "las enmarcan en el mundo de las creencias de los antiguos canarios".

Ello obedece a que imágenes como las que integran la muestra "aparecen en muchas casas y en lugares, a veces, ocultos", y que son objetos que "no eran muy conocidos, como revela el hecho de que en las crónicas sobre los antiguos canarios no aparecen muchas referencias, o prácticamente ninguna, a este tipo de elementos".

Los conservadores de la Cueva Pintada los consideran, en cualquier caso, una evidencia más del papel prominente que en distintos aspectos de la vida cotidiana tenían las mujeres de la Gran Canaria prehispánica, según deducen de los restos que han ido investigando en ese gran yacimiento, que catalogan como uno de los más importantes del archipiélago.

Prueba de esa relevancia de la población femenina y de su implicación en la vida de aquellas desaparecidas sociedades isleñas es que en determinadas crónicas históricas alusivas a la conquista de Canarias por la Corona de Castilla aparecen pasajes donde se habla de la sorpresa de los llegados de fuera por cómo las mujeres nativas trabajaban en oficios artesanos.

Estas referencias históricas a la participación avanzada y singular de la mujer en la Canarias de entonces las destacan, de hecho, los guías del museo de Gáldar cuando explican a los visitantes su contenido en el marco de la iniciativa "Descubriendo (en femenino) Cueva Pintada", que les invita a recorrer con una perspectiva particular sus instalaciones en este mes.

En ese recorrido temático ocasional, que gira en torno al papel de las mujeres en Gran Canaria durante las etapas prehispánica y colonial, se recalca cómo ellas adornaban las viviendas de la época, algo que lleva incluso a los responsables de la Cueva Pintada a pensar que los dibujos prehistóricos que adornan la oquedad que da nombre al yacimiento no fueron, probablemente, obra de un hombre.