El mundo está en peligro y los mandamases de los servicios secretos confían a un superagente, mitad humano mitad robot, la difícil misión de salvarlo. ¡Échese a temblar! Este es el punto de partida de "Action Man", una hilarante obra teatral de la compañía Yllana que mañana, a partir de las 20:30 horas, defiende en solitario sobre el escenario del auditorio Infanta Leonor de Arona Raúl Cano, un actor curtido en montajes teatrales de éxito internacional y en algunos de los programas de mayor éxito de la parrilla televisiva de los últimos años como "La Tira" o "La hora de José Mota".

Cano, que además es autor de la idea original y codirector del espectáculo, defiende que, "hoy más que nunca, es necesario el humor". Por ello, asevera que "este show nace con el principal objetivo de divertir al respetable, que es el que me sustenta".

¿Qué es Action Man y cuál es la misión que va a acometer mañana en Arona?

Se trata de un montaje que parodia las películas norteamericanas de acción, pero hecha a través del teatro gestual y, como sucede en el cine de Hollywood actual, mezcla también el amor. De hecho, el personaje que interpreto, que es mitad hombre y mitad robot, acaba por enamorarse. Entre tanto, tiene que ir cumpliendo las misiones que, a través de una serie de vídeos, le van haciendo llegar caras conocidas como la de Paco Churruca, José Mota o Santiago Segura, lo que deriva en situaciones muy graciosas y sorprendentes como la que transcurre en un water.

Y ¿cómo se siente en la piel de un superagente, aunque sea uno de esta guisa?

Como actor es muy divertido, porque se trata de un personaje muy dinámico, muy loco, disparatado y enérgico, que se asemeja mucho a mi forma de actuar. Además, aunque apenas hablo, llevo un micrófono y constantemente voy recreando los ambientes y propiciando que el público colabore conmigo, haciéndoles reproducir el sonido del viento, cómo vuelan los pájaros e, incluso, cómo cagan...

Es decir, que para contrarrestar su soledad en el escenario se apoya en el público...

Efectivamente. En realidad, yo creo que, como doy tanto en el escenario, llega un momento en que los mismos espectadores dicen "el chaval está hecho polvo ya, así que ¡vamos a echarle una mano!" (risas). Fuera de bromas, en este espectáculo interactúo mucho con el público. Es más, en un momento elijo a una compañera para llevar a cabo una dura misión en la embajada de Taronia donde tengo que robar los planos de una bomba.

A pesar de su larga experiencia en el teatro, ¿es la primera obra que afronta usted solo?

Sí, pero desde que estuve estudiando en la Resad (Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid) pensé en esta posibilidad. Así que, en cuanto tuve la oportunidad me puse manos a la obra con parte del equipo de la compañía Yllana y sacamos este juguete, que es un divertimento para el respetable, que es el que me sustenta. Además, creo que se ajusta mucho a lo que la gente busca hoy en día, que son, fundamentalmente, obras de formato más pequeño, pero igual de divertidas o más.

Con la que está cayendo, ¿el humor está más vigente que nunca?

Precisamente para eso está el teatro, para ayudar a distanciarnos un poco de la realidad y, al mismo tiempo, reírnos de ella. El humor es una vía de escape, una terapia que necesitamos y que siempre busca el ser humano.

Así que deberían potenciarse más este tipo de espectáculos...

Aunque a los cómicos nunca nos darán grandes premios, es verdad que sustentamos el drama de los demás. Por tanto, hay que apostar más por "shows" como este, que está cargado de cachondeíto.

Aparte de participar en numerosos espectáculos de teatro, su rostro es muy conocido por su aparición en programas como "La hora de José Mota". ¿Qué tal es trabajar con un humorista tan reconocido como él?

La experiencia con él es estupenda. José Mota es un maestro y un compañero fantástico que enseña mucho sin pretender hacerlo y, como yo seguiré siendo un aprendiz hasta que me muera, estoy empapándome mucho de él. Esta misma semana he estado grabando nuevos "sketches", al tiempo que lo compagino con el teatro.

Ante la clásica pregunta de con cuál de los dos se queda, ¿cuál es su respuesta?

A veces la tele es un jaleo que no puedes controlar porque tienes una toma que tú crees que es buena, pero se queda fuera por decisión del editor o cualquier otro factor, mientras que en el teatro y, sobre todo, en el que yo hago, tengo que controlarlo todo, desde el vestuario hasta los gestos. Así que son dos cuestiones muy diferentes.

Entonces, ¿aun sopesando todas las dificultades se queda con el teatro?

Soy una persona a la que le gusta la variedad en el trabajo, y creo que el actor tiene que hacer de todo. A modo de ejemplo, yo llegué a tocar el violín en El Retiro y no por necesidad, sino porque creo que el verdadero actor debe hacer desde lo más bajo hasta lo más alto. Así que no se trata de hacer lo que tu prefieras, sino de que cuando ya has aprendido una cosa, pasas a otro escalafón.

¿Y cuál es la fecha de caducidad de "Action Man"?

Es una obra que se estrenó hace un año y que se encuentra en constante proceso de actualización. Además, teniendo en cuenta que los montajes de Yllana tienen una vida mínima de cinco o seis años, me veo haciendo "Action Man" de viejecito y con un "taca-taca".

Una licenciatura con "pocas palabras"

Raúl Cano, el actor que da vida a "Action Man", es licenciado en Arte Dramático por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (Resad), en la especialidad de teatro gestual, y, desde 1997, está vinculado a la compañía Yllana, con la que ha participado en espectáculos como "Glub Glub", "Star Trip", "Brokers" y "666", que, a pesar de sus 15 años de vida, sigue llenando teatros. "Cuando hace dos años la representamos en Broadway, los críticos del New York Times nos dieron cuatro estrellas, lo que nos produjo un gustazo tremendo, ya que allí la peña se mata por conseguir tres".

Versatilidad sobre el escenario

Además, Cano ha trabajado en el musical "La Maja de Goya ", dirigido por Vicente Escrivá y Vicente Fuentes. En cine ha participado en "Cuarta Planta", de Antonio Mercero, "Los Años Desnudos. Clasificada S", de Dunia Ayaso y Félix Sabroso, entre otras, y en los cortometrajes "Mambrú", dirigido por Pedro Pérez, "No Smoking", por Yllana, y "La Última Voluntad", de Javier Fesser. En televisión ha participado en "Calle Nueva", "Esencia de Poder", "El Comisario", "Chic-Cas", "La Tira", "La que se avecina" y "La hora de José Mota".

Un espectáculo internacional

Desde su estreno, "Action Man" ha sido representado en multitud de ciudades españolas y también ha viajado a Portugal e Italia. Además, fue interpretado para los jugadores del Rubin Kazán ruso, lo que lo ha convertido en un "show" internacional. Al respecto, asegura que "es alucinante porque, independientemente del país, el público se ríe con las mismas cosas".