Su nombre está atado con fuerza a la danza contemporánea que se fabrica en España desde hace más de tres décadas. Carmen Werner representa esta noche, a las 20:30 horas, en el teatro Victoria de Santa Cruz de Tenerife "Algún día", un espectáculo coreográfico en el que el Premio Nacional de Danza va a estar acompañada en el escenario por Laura Cuxart, Tatiana Chorot, Alejandro Morata, José Luis Sendarrubias, Javier Sangrós y Ricardo Santana. La compañía Provisional Danza es el legado de una propuesta cultural que comenzó a madurar hace 20 años en Madrid.

Usted se embarcó en este proyecto por la necesidad de contar sus vivencias, ¿ese sigue siendo su objetivo?

Mis vivencias ya no tanto, más bien ahora cuento las de otros. En los escenarios me gusta hablar de lo que pasa, de la gente, del día a día...

¿Apostar por una aventura de estas características hace 20 años era una misión arriesgada?

Hace tanto tiempo ya que ni me acuerdo, pero sí... La danza es uno de los artes vivos más interesantes, pero que menos probabilidades tiene de subsistir. Gracias a esa capacidad de lucha subsiste.

¿Por qué la danza continúa en un plano en el que es muy fácil olvidarse de ella?

No es que se trate de un género olvidado; yo creo que la gente necesita comprender unas cosas que la danza las presenta de manera muy abstracta. La danza da unas pinceladas de la vida y eso no siempre se entiende tan bien como leer un libro o ver una película... Los espectadores demandan que les expliquen todo y eso puede pasar con el jazz comercial y en otras artes que no son fáciles de asimilar, pero en la danza hay elementos que no se pueden explicar.

Pero la danza no tiene por qué ser explicada, ¿no?

No... Tú porque lo piensas así, pero hay mucha gente que tiene otro punto de vista. Esto es como ver un cuadro; cada persona dispone de una visión distinta. El mar o un árbol son artes vivas, ¿no? Pero nadie tiene que explicar lo que significa un árbol o el mar...

¿La danza contemporánea se ha desligado de un academicismo que limitó su progresión en sus orígenes?

El lenguaje académico es vital, imprescindible y necesario para que una persona que una persona se pueda expresar. Un escritor no puede hacer un buen libro sin conocer antes unas normas gramaticales, pero puede tener una buena historia que contar. El problema es cómo lo escribe. En el mundo de la danza ocurre lo mismo; necesitas tener la academia encima para luego hacer lo que a ti te da la gana. Por muy bueno y creativo que seas, si no tienes esa base nunca tendrás la libertad de crear sin ataduras. Para mí los grandes bailarines creadores son gente que ha tenido grande vivencias dentro de ese academicismo. Ahora mismo hay un volumen de creatividad, de formas de expresión, de tendencias tan grande que no podemos comparar con el periodo en el que yo empecé. Entonces solo había academia...

¿Qué tiene que pasar en España para que la danza tenga un mayor reconocimiento?

La danza en España nunca ha sido un arte bien apadrinada, pero sí que hay muchísimo público que está pendiente de la danza. Al mirar atrás veo que la gente iba mucho a ballet, pero no por el hecho de aprender ballet sino por lo que significaba. Era como ir a misa. Por fortuna, eso ya no ocurre hoy en día. Así que, creo, que de alguna forma sí que hemos evolucionado.

¿Existe un error de base?

Sí, pero se trata de un error mundial. Hay un fallo educacional. Cualquier padre de familia desea que su hijo aprenda fórmulas matemáticas, idiomas, literatura y, si queda algo de tiempo libre, danza.

¿Ser un Premio Nacional le ha cambiado la vida?

Fue un piropo muy potente que me dieron y que en su momento me dio mucho trabajo, pero poco más...

¿Danza contemporánea y nuevas tecnologías están condenadas a entenderse?

La danza es muy inteligente y lo aprovecha todo, es decir, lo que puede, lo que encuentra, lo que necesita... Cada coreógrafo busca lo que más le interesa.

¿Aún no ha puesto fecha a su adiós?

De momento no. La vida decide las cosas, pero es verdad que una puede colaborar para que pasen.

¿Cree que la crítica ha sido justa con su obra?

La crítica siempre es un aprendizaje alucinante; lo que pasa es que no vale cualquier crítica. Es necesario obviar las que no aportan nada. Una descripción de un proceso creativo no es una crítica.

¿Por qué cuesta tanto encontrar canales de financiación para la danza?

La danza es un arte que no interesa a la clase política; es así de claro y de duro... Esto no mueve masas como el fútbol y eso no va a cambiar hasta que haya 100 millones de teatros Victoria.

"Yo lo doy todo; no quiero llevarme nada a la tumba"

La madrileña ha sido la maestra de figuras de la danza contemporánea española, estrellas que absorbieron los conocimientos de una creadora que tiene claro que debe compartir sus experiencias: "Yo lo doy todo; no quiero llevarme nada a la tumba", asegura una artista que esta noche imparte cátedra en el teatro Victoria de la capital tinerfeña: "Si no fuera por estos espacios las compañías no existiríamos", matiza antes de hablar de "una simbiosis de la que nos alimentamos los artistas y los teatros", agradece.

Carmen Werner (1953) cree que "en la danza todo está inventado; lo distinto es cómo lo haces", argumenta una bailarina y coreógrafa que no encuentra diferencias con lo que ya se hacía en los 80. "Entonces ya usábamos sillas y tierra en los escenarios... Todo esto es cíclico y obedece a unas tendencias. Algunas duran dos días y otras un poco más, pero la esencia es la misma", compara en un instante en el que exalta a los buenos coreógrafos. "Todo lo que parece sencillo es porque está bien hecho", concluye.