Mientras que para todos los niños, la fantasía es un elemento cotidiano en sus vidas, entre el colectivo de adultos, la amplia mayoría apenas recurre a ella de manera esporádica como un producto de consumo más, en forma de un libro o una película.

Por contra, un pequeño grupo de ellos no solo se muestra reacio a prescindir de ella, sino que la ha convertido en una profesión. Gloria Torres Dauden es una de esas pocas privilegiadas que vive de lo que imagina y luego representa a través de las palabras o el dibujo.

El libro "La galería de espejos", recientemente editado por el Colectivo de Ilustradores Canarios, compuesto por dieciocho relatos suyos, es una muestra de su buen hacer, tanto en el terreno de la escritura como en el de la ilustración.

Esta canaria, de 28 años, explica que esta publicación contiene una serie de cuentos que, "aunque todos ellos se mueven en el terreno de la fantasía, son muy diferentes entre sí, tanto en temática como en lo que atañe al estilo narrativo". Al respecto, subraya que esta variedad responde a mi intención de demostrar mi versatilidad como escritora".

En este sentido, Dauden apunta: "Llevo muchos años escribiendo y tenía acumulados muchos textos, por lo que tuve que hacer una selección que se ajustara a esta premisa y, además, que tuviera un carácter ilustrable, dado que se trata de un proyecto conjunto con el Colectivo de Ilustradores Canarios".

Así fue como se incluyeron en el libro títulos tan sugerentes como "El gabinete de curiosidades", "Dragones para Hýnreck el Héroe", "La inmortalidad de la chica pez", "Nitocris", "Triada", "Hija de Odín" o el propio "Galería de espejos", que es el que da nombre al volumen.

La joven, que es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Jaime I de Castellón y en la actualidad, está cursando Historia del Arte por la UNED, añade que además de aportar los textos también contribuye en esta exquisita edición con un dibujo, algo que, según matiza, fue a petición del colectivo de ilustradores.

No obstante, arguye: "A pesar de que me encuentro muy bien en la faceta de la ilustración, me considero más escritora que otra cosa".

Esto es así porque, aunque en ambas actividades comenzó de manera autodidacta, en el ámbito de la literatura realizó varios cursos en la escuela de escritores, e incluso hoy en día ejerce como profesora de escritura creativa a través de un portal de internet.

A su modo de ver, "a pesar de tener cierta chispa es necesario formarse porque cuando escribes por libre cometes una serie de errores básicos que hay que pulir a través de la técnica".

En otro orden de cosas, Gloria Dauden recalca que aunque el género literario que más le apasiona es el fantástico, intenta leer de todo.

De hecho, sostiene que "muchos escritores cometen el gran error de leer solo de la temática de la que suelen escribir, cuando, en realidad, se puede aprender de cualquier libro que caiga en tus manos".

Precisamente, su afición a la lectura parte desde pequeña ya que en su casa era una práctica habitual. "Viendo constantemente a mis padres leer y con tantos libros a mi alrededor se me inculcó que la lectura es una necesidad".

En este contexto, destaca que "también es lógico que a alguien que no haya vivido eso le pueda costar más acercarse ahora a la lectura". Sobre este asunto, agrega que "para colmo, parece que la escuela no está ayudando mucho a incentivarla".

En cuanto a la temática fantástica, argumenta que "en España se tiende a desprestigiar este género".

A su juicio, "está muy extendida la idea de que es un tipo de narrativa dirigida exclusivamente a un lector infantil. Por eso, hoy por hoy, tiene un público objetivo muy acotado; una situación que pretendemos cambiar los que nos dedicamos a ella".

Igualmente, resalta que "a veces un tema real y crudo se puede contar mucho mejor a través de una visión fantástica".

Así pues, invita a todos los lectores a darle una oportunidad al gran universo literario fantástico, ya que "les servirá para abrirles la mente", apostilla.

Entre tanto, Dauden está a la espera de publicar su primera novela, cuyo título -"La era de Nir"-, apunta buenas maneras.

"No tengo medida, o escribo relatos cortos de tres o cuatro páginas o me salen novelas de 700", ironiza.