El debate sobre el estado de la nacionalidad suele ser una ocasión propicia para que el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, anuncie medidas llamativas en materia de educación. Ya lo hizo en el primero que afrontó en la legislatura anterior -cuando dio a conocer las conocidas como medidas de calidad- y volvió a hacerlo en el que terminó ayer. Ahora la noticia es la apertura de 132 colegios en los meses de julio y agosto, que acogerán talleres de idiomas y que permitirán el uso del comedor escolar por alrededor de 8.000 niños.

El coste de esta actuación, que será asumido por la Consejería de Educación, oscilará entre 850.000 y un millón y medio de euros, en función del número de alumnos que finalmente se inscriba.

Los 132 centros serán seleccionados de una lista de 180 que ha propuesto la Administración educativa con la idea de cubrir las necesidades de cada zona. La gran mayoría de ellos -99- se encuentran en Tenerife, mientras que 38 están en Gran Canaria, doce en La Palma y Lanzarote, nueve en Fuerteventura, siete en La Gomera y tres en El Hierro.

La contratación del profesorado que imparta los talleres de inmersión lingüística -en inglés- se realizará mediante un plan del Servicio Canario de Empleo. El número de docentes dependerá también de la cifra de alumnos y de los grupos que se constituyan, y estará entre 200 y 300.

Los ayuntamientos colaborarán en el transporte de los alumnos, la apertura y cierre de los centros, y la puesta a disposición de monitores lúdico-deportivos.

Cada uno de los colegios -al que acudirán sus estudiantes y los de otros centros de su zona de influencia- desarrollará, durante las ocho semanas de julio y agosto, dos talleres diarios de lunes a viernes a grupos de 25 alumnos, aunque podrán ser cuatro si la cifra de demandantes lo requiere.

La previsión del Ejecutivo es que los talleres lleguen a unos 12.000 niños, de los que 8.000 disfrutarán de una beca de comedor.