Admite sin rodeos que la música le ha regalado "días buenos y otros algo más complicados". El cantante alicantino Francisco (1959), que el próximo 13 de abril actuará en el Auditorio Teobaldo Power de La Orotava junto a los componentes de la Agrupación Musical Orotava, tiene claro que, por ahora, no se va a alejar de los escenarios. De hecho, el 1 de mayo estrenará un disco ("La Voz") en el que se escucharán las voces de Pastora Soler, Bertín Osborne, Rosario Mohedano, Dyango, Seguridad Social, Santiago Segura y hasta la de Pedro Piqueras, entre otros artistas y famosos. Más tarde, en octubre, regresará después de 18 años de ausencia a América Latina para completar una gira con la que espera reconquistar la popularidad que almacenó tras ganar en dos ocasiones el Festival de la OTI.

¿Qué queda del cantante que rozó la popularidad con "Latino" y "A dónde voy sin ti"?

Queda mucho... Nunca he sido un artista que se ha dejado arrollar por las vivencias del pasado, pero no cabe duda de que esas dos citas fueron decisivas en mi trayectoria profesional. Es una pena que ya no haya un escaparate musical de estas características.

¿Por qué citas tan emblemáticas como la OTI han pasado a mejor vida?

Porque un día la calidad de los profesionales que se situaron a su alrededor no estuvo a la altura de lo que significaba este evento y lo dejaron morir sin tener en cuenta la repercusión que podía tener una decisión que afectaba a más de 300 millones de personas...

¿Esa es la razón por la que decide volver a América Latina?

Puede ser una de ellas, pero no la más determinante... Cuando en tu país tienes dificultades para mostrar lo que haces debes buscar otros caminos y, sobre todo, encontrar soluciones. Mi conexión con ese público siempre fue muy intensa, pero no oculto que existe cierto cansancio por lo que veo aquí. Me indigna ver cómo una generación tan capaz se tiene que buscar la vida en el extranjero por culpa de nuestros políticos. En España la gente honrada pierde sus casas y los grandes chorizos jamás pisarán un cárcel. Me da igual que un político corrupto sea de un partido u otro, lo que no me parece justo es que siempre lo paguemos los ciudadanos. La gente ya está bastante cabreada y tengo la sensación de que no está por la labor de aguantar ni una más...

¿El Francisco promotor de sus propios conciertos también tiene problemas para cobrar sus facturas a los ayuntamientos?

Si yo le contara... Si hubiera sido capaz de cobrar lo que me deben, seguro que habría estado de vacaciones en Semana Santa. La contratación de conciertos ha bajado un 99 por ciento, pero entiendo que ahora hay otras prioridades y que la música es un artículo de lujo... Además, los que tienen que legislar tampoco nos lo ponen demasiado fácil subiendo el IVA cultural del 8 al 21 por ciento.

Además, la incidencia de las nuevas tecnologías tampoco ayuda al mundo de la música, ¿no?

Si en lugar de discos y películas se pudieran piratear los décimos del Sorteo de Navidad, seguro, que el Estado habría metido mano desde hace tiempo... Los legisladores no pueden estar tan retrasados con respecto a los avances técnicos porque los que hacen la ley hacen la trampa.

¿Es factible corregir el acceso gratuito a esos contenidos?

La cultura del todo gratis no es fácil de derrotar. Si has repartido caramelos gratis durante tantos años, ahora hay gente que no está dispuesta a pagar por ellos. Esto no pasa en ningún país serio. Yo entiendo que el precio de un disco pueda ser abusivo, ¿pero cuántas personas se ven perjudicadas en el momento de realizar una descarga? En mi caso, por ejemplo, hay 15 familias que viven de mis conciertos...

¿En los daños ocasionados a los músicos también tendrá alguna responsabilidad la SGAE?

Eso es algo que me he cansado de denunciar durante años. Yo no soy compositor, soy cantante y me duele el uso fraudulento que se ha hecho del dinero que nosotros hemos generado con la venta de discos y conciertos. La SGAE ha sido durante años la cueva de Ali Baba. Allí, unos pocos eran capaces de vivir a cuerpo de rey gracias al sudor de otros. De hecho, muchas de sus giras y promociones se hicieron posible gracias a un afán recaudatorio insaciable.

¿Con sus respuestas da a entender que no cree demasiado en la justicia?

Demasiado no, nada... No creo como el 99% de los españoles.

¿Alguna vez le pudo la presión de que le compararan con Nino Bravo?

En este país existe la mala costumbre de establecer ese tipo de comparaciones y, encima, si ya eres familiar de la persona con la que te comparan estás perdido... Nino Bravo era un artista único y un gran referente mundial. Mi propósito nunca fue que me colocaran a su nivel porque, sencillamente, él se encontraba en otra dimensión.

¿Qué importancia tiene la voz en su profesión?

Mucha, pero no es lo más determinante... Las ganas de triunfar son más decisivas. Julio Iglesias, por citar un ejemplo, no tiene una gran voz, pero maneja otros registros que le hacen ser un gran artista.

¿Le hubiera gustado tener una carrera operística más brillante?

No fue fácil tener que alejarme de la ópera, pero tenía que ganar dinero y pagar mis facturas. Eso es como los toros; solamente las grandes figuras lo ganan bien.

"La SGAE ha sido durante años la cueva de Alí Babá"