El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, lanzó ayer, con motivo del Domingo de Resurrección, un llamamiento a las personas más pudientes para que contribuyan al máximo por el bien general. "El mensaje de la Pascua debe llegar a todos, especialmente a los que están sufriendo un tiempo de pasión, para que sepan que Cristo resucitado les da fortaleza en la tribulación y les abre el camino de la esperanza". En su opinión, "los que más tienen deben comprometerse, apoyados en Cristo en la lucha por la justicia, la paz y el bien de todos, especialmente de los más pobres y necesitados".

Desde el pasado sábado, las parroquias en Canarias se prepararon para celebrar la "madre de todas las vigilias, en esa noche llamada amable más que la alborada". Según Álvarez, el acontecimiento central del cristianismo (la resurrección de Jesucristo) y la austeridad de los últimos días dan paso a "la alegría gozosa y festiva de la Pascua".

Esta es la "verdad central de nuestra fe cristiana que estamos llamados a vivir, celebrar y proclamar con alegría desbordante, pues en la resurrección de Cristo hemos resucitado todos", señaló el obispo nivariense en su felicitación pascual. "Con la fe de la Iglesia proclamamos que Cristo, por nosotros y por nuestra salvación, se entregó a la muerte y resucitando destruyó la muerte y nos dio nueva vida".

Asimismo, explicó que, "así como en primavera, gracias a la luz del sol y el aumento de la temperatura, las plantas y los árboles brotan con nuevo vigor, así también la irradiación que surge de la resurrección de Cristo da significado y seguridad a toda esperanza humana, a toda expectativa y anhelo del corazón humano".

Como en múltiples zonas del planeta, numerosos católicos de las Islas se reunieron del sábado al domingo pasado fuera de los templos, en torno a un fuego, "que rompe la oscuridad de la noche y del mal. Es el rito con el que comienza la Vigilia Pascual. Luego, ya en el interior de las iglesias, se relatan los principales acontecimientos de la historia de la Salvación, desde la creación y la liberación del pueblo de Dios de Egipto, hasta la propia resurrección de Jesús. También esa noche santa se renueva el bautismo o se bautiza a nuevos cristianos y se participa en la liturgia eucarística", se resalta desde el Obispado.

Álvarez presidió la Vigilia Pascual en la iglesia lagunera de la Concepción, sede de la Santa Iglesia Catedral. También presidió ayer el solemne pontifical del Domingo de Resurrección antes de la procesión de Jesús Sacramentado.