La Fiscalía ha formulado cargos por torturas y lesiones contra un subinspector y cinco agentes del Cuerpo Nacional de Policía destinados en Lanzarote, para los que pide penas de hasta 15 años de cárcel por dar una paliza a dos detenidos en la Comisaría de Arrecife.

Los hechos, tal como los relata el fiscal en el escrito acusatorio que ha presentado en los Juzgados de Arrecife, se produjeron después de que dos policías que nada tienen que ver con lo que pasó luego en la Comisaría detuvieran en un parque de Arrecife a dos individuos que estaban golpeando a otra persona.

Los dos individuos, Y.D.L.M y N.J.L.M., se resistieron a la detención e incluso propinaron puñetazos a los agentes.

De inmediato, se personaron en el lugar cuatro de los agentes imputados en esta causa, que apoyaron a sus compañeros e introdujeron a los detenidos en dos coches patrulla, un momento en el que N.J.L.M. dio una patada en la boca a uno de ellos.

El fiscal asegura que los cuatro agentes que intervinieron en el traslado de los detenidos, otro agente más y un subinspector la emprendieron a golpes en los calabozos de la Comisaría contra Y.D.L.M y N.J.L.M. como represalia por lo que había ocurrido en el parque, mientras los mantenían con las manos esposadas a la espalda.

La acusación pública plantea que el agente que había recibido una patada en la boca de N.J.L.M. comenzó esa represalia, cogiéndolo por el cuello y derribándolo al suelo de un rodillazo.

En ese momento, siempre según el fiscal, el subsinspector cerró la puerta del calabozo y él y sus cinco subordinados dieron una paliza a N.J.L.M., al que ocasionaron lesiones que le mantuvieron de baja durante 211 días (entre ellas, una rotura de tibia y una fractura de un dedo de la mano derecha).

Después, añade la Fiscalía en su calificación de los hechos, repitieron la misma operación con Y.D.L.M., que sufrió múltiples contusiones y desgarros de retina en los dos ojos.

El Ministerio Público considera que los policías cometieron estos hechos "obviando sus más elementales deberes de salvaguardia de la integridad física de los detenidos", lo que les convierte a los seis en responsables de un delito de torturas, acusación a la que se suma un cargo adicional de lesiones en el caso de inspector y del agente que inició la represalia en los calabozos.

Por ello, solicita que el subinspector y ese agente sean condenados 15 años de cárcel cada uno y que a los otros cuatro funcionarios públicos se les impongan penas de seis años de prisión.

Además, exige que los seis indemnicen solidariamente a N.J.L.M con 19.450 euros y con 8.600 euros a Y.D.L.M., por daños morales, por los días que estuvieron de baja y por las secuelas que sufren.

Si los agentes no hicieran frente a esa indemnización, el fiscal demanda que el Estado responda de su pago como responsable civil subsidiario.

En cuanto a los dos detenidos, la acusación pública solicita que cada uno de ellos sea condenado a dos años de cárcel por un delito de atentado a la autoridad.

El fiscal identifica en su escrito a los seis policías acusados por sus números profesionales: 66.880 (el subinspector), 105.188 (el agente que recibió la patada en la boca y supuestamente inició la paliza en Comisaría), 111.879, 103.908, 26.865 y 112.592.