El barrio de Cuesta de Piedra ya es historia, al menos en lo que respecta a sus 50 primeros años de existencia, una vez que ayer se derribó la última vivienda que aún seguía en pie en una urbanización que ya ha completado un proyecto de reposición que ha durado cerca de dos décadas.

Tras las reubicación de las últimas 108 familias en sus nuevas casas, un minucioso proceso de derribo redujo a medio millar de hogares a escombros, cuya visión es ahora motivo de añoranza para quienes, a pesar de que ha pasado a una vida en mejores condiciones, no quieren renunciar a lo que fueron sus orígenes.

El derribo, calificado por la empresa responsable de los trabajos como "sencillo, por el tipo de material en el que estaban construidas las casas", incluso ha posibilitado que sobrara tiempo de los seis meses previstos, y donde los mayores inconvenientes, según explicaron sus responsables, "han sido de tipo burocrático".

Esta demolición, en la que se han separado todos los materiales para su reciclado posterior, va a producir un movimiento de escombros que superará las 31.000 toneladas previstas en el contrato, dejando un espacio diáfano, que será vallado, de unos 8.000 metros cuadrados y que serán destinados a equipamiento deportivo y social para el barrio.

El alcalde, José Manuel Bermúdez, anunció ayer que este espacio que ahora ocupan las 31.000 toneladas de escombros albergará "en un plazo de cuatro años una piscina cubierta" y otros usos de tipo cultural, deportivo, de ocio y esparcimiento que se determinarán con los propios vecinos.

Bermúdez indicó que a partir del próximo año se iniciará el proceso de redacción de los proyectos para un complejo que estaría al servicio de toda la parte alta de Santa Cruz, "en el que conjuntamente con los vecinos hemos planteado una piscina equipada con gimnasio y que sería de gestión público-privada.

El alcalde de Santa Cruz dijo, no obstante, que el objetivo del ayuntamiento es que "se pueda tener esta obra terminada en un periodo de 3 a 4 años".

Un espacio para todos

Para los 8.000 metros cuadrados que quedarán ahora a disposición del barrio se han planteado todo tipo de sugerencias para completar los objetivos de lo que se denomina el nuevo Cuesta de Piedra. Se ha llegado a plantear un parque, zonas verdes y para el ocio infantil. Sin embargo, toman fuerza las dotaciones deportivas y la piscina cubierta.

En lo que respecta a las nuevas viviendas, la sensación reinante en sus nuevos moradores es de satisfacción. En la zona ahora solo quedan algunas obras de remate, como una rampa de acceso para discapacitados.