No vamos a dedicarle sino unas líneas porque el tema ya nos hastía -lo poco puede alegrar, pero lo mucho siempre cansa-, pero se trata de unas líneas imprescindibles. Sigue cierto pajarraco de Las Palmas jactándose de que ha ganado en los tribunales una demanda civil que presentó contra EL DÍA y su editor. Demanda en la que solicitaba una abultada cantidad de dinero como indemnización, reducida finalmente por el juez a un montante treinta veces inferior. Lo leen ustedes bien, apreciados lectores: si algún día cobra algo, percibirá treinta veces menos de lo que pedía. Y eso, como decimos, si lo cobra, porque vamos a recurrir esa sentencia. Respetamos a la Justicia y a los jueces, pero también tenemos derecho a no estar de acuerdo con sus decisiones. Por lo demás, en el supuesto de que alguna vez nos condenasen en firme a pagarle algo a este tatarita desplumado, no sería él quien cobrase sino sus acreedores. Empezando por la Seguridad Social y continuando por la Hacienda pública.

Y no solo la Seguridad Social y el Fisco español. También le adeuda, y así figura en la solicitud del concurso de acreedores que se ha visto obligado a solicitar, una cuantiosa suma de dinero a unos jóvenes indefensos cuyo honor pisoteó como solo puede hacerlo alguien como él: un individuo irreverente con los demás. Un don nadie que se retuerce de envidia ante los éxitos de esta Casa porque él solo ha cosechado fracasos empresariales, pese a lo cual el paulinato le regaló una emisora; la misma que nos negaron a nosotros porque EL DÍA no cambia de ideología de la noche a la mañana. Lo dejamos aquí porque dijimos que iban a ser unas líneas y ya llevamos dos párrafos.

Que nadie se lleve a engaño. EL DÍA molesta. os detestan porque decimos la verdad. Por ejemplo, por informar del aumento de robos en las fincas sembradas de papas aunque estén valladas. La gente se echa al monte, nunca mejor dicho, porque no tiene qué comer. En Canarias se pasa hambre. Están desnutridos muchos niños que van a la escuela sin haber podido desayunar en sus casas, y lo están también sus padres, arrojados al paro y a la miseria tanto por el colonialismo anacrónico que seguimos sufriendo, como por la nula capacidad de gestión de un Gobierno presidido por un político, como poco, incompetente, aunque en realidad es algo más que un incompetente; es un loco que se aferra al poder mientras el Archipiélago se hunde a la velocidad del "Titanic". Hasta la Red Anagos, compuesta por un grupo de entidades con fines sociales que prestan ayuda para la reinserción laboral, a la vez que asisten a los discapacitados o a los menores en las escuelas-taller, tendrá que reducir su actividad a la mitad porque el Gobierno regional, formado por nacionalistas falsos y socialistas muy alejados del socialismo humanista que siempre hemos defendido, les ha quitado nada menos que diez millones en subvenciones.

¿Qué podemos esperar los canarios de alguien que suprime ayudas para los comedores escolares y para los discapacitados, pero sigue subvencionando a dos periódicos que disfrazan su pésima gestión, amén de mantener una Televisión autonómica igualmente a su servicio? ¿Exageramos cuando lo calificamos de botarate, políticamente hablando?

o menos indignante es la situación de la sanidad. Lo decía ayer nuestro colaborador Carlos García en su artículo "Las chafalmejadas de la sanidad canaria". "El gobierno CC-PSOE sigue haciendo de las suyas. o se conforma con jubilar -ilegalmente por lo que parece- a cientos de médicos y sanitarios que reclaman indemnizaciones, ya advertidas por los servicios jurídicos que aconsejan a sus señorías, dejando desabastecida la sanidad pública en muchos centros y hospitales, porque no olvidemos que ya hace más de un mes fueron puestos de patitas en la calle 149 facultativos, y que esas plazas no han sido cubiertas, motivo por el que han disminuido las prestaciones en consultas, pruebas o intervenciones, sino que, ahora, resta 44 plazas que estaban destinadas a la sanidad para contrataciones de restitución y que, junto con 35 más destinadas a la administración general, son sumadas a las plazas para las oposiciones docentes. ¡Qué lumbreras de políticos! Quito de aquí y pongo por allá; visto a un santo y desnudo a otro. Y así voy pasando un día, un mes un año y otro, hasta acabar la legislatura, que ya queda menos".

Lo que no podemos consentir los canarios, añadimos nosotros, es que volvamos a tener un Gobierno como este. De todo ello hablaremos ampliamente en nuestro editorial de mañana, domingo.