Claro que si siguen así no nos van a dejar más remedio. La pobreza en el Estado español ha aumentado un 8% desde el año 2008, con los incrementos más destacados en Canarias, Comunidad Valenciana, Andalucía y Aragón. Las desigualdades entre comunidades autónomas han crecido hasta casi duplicarse. Con respecto a Europa, ya ni te cuento.

Y a mí me mosquea que justo ahora que la gente lo está pasando tan mal, con un catastrófico 34% de desempleo en las Islas, aparezcan los expertos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y presenten un informe en el que afirman que los insectos son en la actualidad la mejor fuente de proteínas y que forma parte de la dieta de al menos 2.000 millones de personas, asegurando que comer gusanos, hormigas o saltamontes es acceder a una fuente importante y fácilmente accesible de nutrientes ricos en proteínas. Así, por ejemplo, la relación entre ácidos grasos Omega-3 y Omega-6 en los gusanos es similar a la del pescado, considerada ideal, y mucho mejor que la de la carne, además de que su contenido en proteínas, vitaminas y minerales es muy similar a los de carne o pescado.

¡Los estoy calando! Después de provocar esta brutal crisis mediante una descontrolada especulación financiera a la que, lejos de poner remedio, amparan en los cada vez más numerosos paraísos fiscales y aliados con la la burbuja inmobiliaria galopando para el empobrecimiento de la población, sumada a la escasa eficiencia de la superestructura político administrativa colocada sobre nuestras cabezas, han propiciado un ambiente de recortes, penalizaciones e imperativos bancarios conduciéndonos de facto a una salvaje poda de ocupaciones, derechos, liquidez y retribuciones que extermina paralelamente la demanda señalándonos hoy que el futuro pasa por comer insectos.

Joder, que mala pinta tiene este siglo. La FAO se justifica con que al ritmo en el que crece la población el mundo no podrá alimentar a 9.000 millones de personas con la dieta habitual y no cree que se deba aumentar la superficie agrícola ni contempla, naturalmente, que la tecnología sea capaz de mejorar el rendimiento de la tierra como ha hecho en las últimas décadas. Así que la solución será comer bichos, ya que al ser animales de sangre fría necesitan menos alimentos que los mamíferos o aves para producir una cantidad similar de carne. Aseguran además que existen grandes oportunidades, especialmente en las zonas pobres, para crear industrias alimentarias basadas en los insectos, y que los gobiernos deben hacer esfuerzos de comunicación para popularizar esta alternativa.

Escucha Paulino, aquí hay otro filón: gusanos canarios, "los mejores del mundo"; o potaje de moscas con colitas de fulelé y montaditos de sarantontón con helado de hormigas . ¡Vaya futuro, colega! Es desagradable, lo entiendo, pero hay barrios en los que hasta se podrían montar, con grandes posibilidades de éxito, granjas -para la exportación, no se asusten- de cucarachas. En vez de aves o bóvidos ahí metidos en una nave, se ceba a gusanos de la harina o grillos que producen 10 veces menos metano y 100 veces menos óxido nitroso que su equivalente en grandes mamíferos. Los insectos metabolizan el alimento de un modo mucho más eficiente, lo cual abarataría considerablemente su cría y alimentación. Además, al estar tan lejos biológicamente de los humanos, el riesgo de que surjan enfermedades contagias como la tristemente famosa encefalopatía esponjiforme bovina (vacas locas) es mucho menor.

No se puede dudar de que con las políticas ultraconservadoras, más que de ajuste, de rasurado que se han impuesto sin anestesia en Europa acabaremos alguna vez viendo la luz al final del túnel porque es como si en un paso más extremo y drástico decidieran fusilar a los jubilados, enfermos, hipotecados y parados.

La cuestión es que los datos indican que después de años de pura obsesión por el recorte la zona euro literalmente se para en medio de la recesión más larga de su historia. La caída del 0,2% intertrimestral registrada en las 17 economías del euro en el arranque del año mete a la eurozona en recesión, según los datos que ha publicado Eurostat, la agencia estadística de la Unión Europea.

En la hasta ahora considerada Gran Recesión, entre 2008 y 2009, las economías comenzaron a remontar después de un año y tres meses de descensos consecutivos. Las cifras ensombrecen aun más el diagnóstico del club de la moneda única. Las dos grandes economías del euro acusan la debilidad económica: Francia ha entrado oficialmente en recesión, tras acumular su economía dos trimestres consecutivos de caídas, y Alemania registra un mínimo crecimiento positivo (0,1%) después de un trimestre, el último de 2012, peor de lo que sugirieron los datos iniciales (descenso del 0,7%). Pero la solución de comer bichos es intragable.

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