El viernes pasado, TVE mencionaba algo así como que el Tribunal Constitucional había rechazado las normas que se propone seguir el presidente de la Generalitat de Cataluña para alcanzar la soberanía de aquella importante región. Tengo que aclarar que lo que explicaron los locutores, tras la noticia de Cataluña, creí entender que se refería a una supuesta soberanía del País Vasco, pero no estoy seguro. Precisamente, en estos días últimos, este periódico ha criticado, con toda la razón del mundo el tema de la soberanía de Canarias, cuestión que se está defendiendo desde mucho tiempo atrás. Se ha referido y desarrollado en este rotativo el trato de colonia que nos está dando España con su hacienda abusadora y el despotismo que eso conlleva, que perjudica gravemente a esta región, le resta valor y le quita poderes que tiene en muchos aspectos. No somos colonia de España. Somos un territorio ocupado hace cinco siglos con la fuerza de las armas y en una masacre total a los naturales de la isla. Reclamamos, pidiendo justicia, que nos devuelvan lo nuestro, arrebatado, encima, con una masacre donde las víctimas han sido todo el pueblo guanche al que han querido, y casi lo han logrado, exterminar. No pedimos sino lo nuestro, lo que nos fue arrebatado en una guerra cruel que nosotros no hicimos ni provocamos, solo perdimos tierra y habitantes que se vieron salvajemente agredidos y la mayoría asesinados. Cuando pedimos recuperar nuestra independencia de los invasores españoles solo reclamamos lo que era nuestro y fue, salvajemente, arrebatado por un ejército que no empleó, digamos, las leyes de la guerra, sino el afán de matar por matar. La razón de los canarios para reclamar la independencia de un dominio impropio de más de veinte siglos es superior a la mayor parte de las mismas reclamaciones actuales en todo el mundo.