Al menos 21 personas murieron hoy y medio centenar resultaron heridas en varios ataques en Irak, algunos de ellos contra las fuerzas del orden y milicianos progubernamentales, informó a Efe una fuente policial.

El atentado más sangriento se produjo en Bagdad, donde al menos siete personas fallecieron y 34 resultaron heridas, entre ellas cuatro agentes de tráfico, por el estallido de un coche bomba junto a la plaza de Mudafar, en el barrio de mayoría chií de Ciudad Sadr.

Tres policías y cuatro hombres armados perdieron la vida en un enfrentamiento en la zona del 17 de Julio, en el oeste de la ciudad de Mosul, a unos 400 kilómetros al norte de Bagdad.

Además, tres civiles murieron y cinco resultaron heridos al estallar un artefacto en una cafetería popular en la localidad de Hebheb, en la provincia de Diyala.

En Al Tarmiya, a 40 kilómetros al norte de la capital, la explosión de un camión cisterna cargado con una bomba causó la muerte a un civil y a un policía y heridas a otras ocho personas.

La bomba fue detonada, según la fuente, por un terrorista suicida que conducía el vehículo tras saltarse un puesto de control.

Dos combatientes tribales perdieron la vida y otros dos resultaron heridos graves en el asalto de un grupo armado a un puesto de control de los Consejos de Salvación -milicia tribal suní progubernamental- en el norte de Al Dur, en la provincia de Salahedín.

En Diyala, en el este del país, un agricultor murió y su nieto de siete años resultó herido por los disparos de otro grupo armado.

La misma fuente reveló que una persona falleció y otras dos sufrieron heridas por el estallido de una bomba lapa en un coche en el área de Al Shaab, en el norte de Bagdad, mientras que tres civiles resultaron heridos en un atentado similar en la zona de Al Dura, en el sur de la capital.

Cerca de Baquba, un policía sufrió heridas graves por los disparos de hombres armados en las afueras de la localidad de Abi Seid, a 30 kilómetros al noreste de Baquba.

Asimismo, un supuesto terrorista falleció por el estallido de un artefacto, que presuntamente estaba colocando cerca de la casa de un miembro de un Consejo de Salvación en el barrio Al Mafraq, en el oeste de Baquba, capital de Diyala.

El pasado abril se convirtió en el mes más sangriento en Irak en casi cinco años, con 712 fallecidos, en medio de un alarmante rebrote de los ataques, dirigidos principalmente contra objetivos chiíes y las fuerzas de seguridad.

La violencia ha continuado en mayo, que sigue la misma senda que el mes anterior.

Ayer, al menos 43 personas perecieron y 176 resultaron heridas en un ola de atentados perpetrados con coches bomba y explosivos en Bagdad.