El ministro alemán de Economía, Philipp Rösler, instó hoy a implantar una auténtica "cultura de bienvenida" para favorecer la llegada de inmigración cualificada que tanto precisa Alemania, incluidas facilidades para acceder a la doble nacionalidad.

"Un impulso adicional, para atraernos a trabajadores cualificados del extranjero, sería la doble nacionalidad, lo que contribuiría a una auténtica cultura de la bienvenida", apunta el ministro, en declaraciones a la edición digital de "Der Spiegel".

Rösler recuerda la imperiosa necesidad del mercado laboral alemán de dotarse de esos trabajadores cualificados, lo que denomina "uno de los grandes desafíos de la economía alemana".

El ministro apunta, asimismo, que con los trabajadores alemanes no se logrará cubrir la alta demanda de esos sectores, por lo que es preciso lograr esa llegada de inmigración cualificada.

Las declaraciones se producen coincidiendo con la sexta edición de la llamada "Cumbre de la Integración", que presidirá hoy la canciller Angela Merkel y a la que están convocados representantes de colectivos extranjeros y del empresariado alemán.

A la cita acudirán un centenar de participantes y sigue a las que periódicamente se han celebrado en la Cancillería desde 2006, por iniciativa de Merkel.

Desde la oposición y desde algunos colectivos de extranjeros se ha criticado esta iniciativa como meramente simbólica, ya que hasta ahora no ha generado resultados concretos.

Rösler, líder del Partido Liberal (FDP), ha abogado reiteradamente por la implantación de la doble nacionalidad, cuestión que en Alemania solo se contempla de manera muy específica y que hasta ahora rechaza la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel.

La cumbre de hoy coincide con las numerosas iniciativas lanzadas por el gobierno de centro-derecha de la canciller para atraer al país trabajadores cualificados, especialmente de los países de la zona euro más afectados por el desempleo juvenil, como España, Grecia e Italia.

Alemania tiene el nivel más bajo de desempleo juvenil de la zona euro -alrededor del 8 %-, lo que contrasta con los porcentajes por encima del 50 % de sus socios del sur.

Se estima que en Alemania viven unos 16 millones de personas de origen extranjero -una quinta parte del total de los habitantes-, la gran mayoría de ellos ya nacidos en el país y con nacionalidad alemana.

Datos recientes del departamento federal de Estadística (Destatis) cifraban en cerca de un millón el número de nuevos inmigrantes llegados el año pasado al país, lo que supone el mayor flujo desde 1995.

Especialmente destacable fue el incremento de ciudadanos procedentes de España, Grecia, Portugal e Italia, con porcentajes que reflejaban un aumento de hasta el 45 % de recién llegados respecto al año anterior.