Las nuevas guías europeas para el tratamiento de la hipertensión recomiendan un único objetivo de presión arterial sistólica para la práctica totalidad de pacientes de 140 mmHg.

Este criterio contrasta con las anteriores guías (2007) que establecían objetivos diferenciados según el tipo de paciente (140/90 mmHg para los de riesgo bajo a moderado y 130/80 mmHg para los de alto riesgo), pero los expertos creen que no hay evidencias suficientes que justifiquen mantener distintas metas de presión arterial.

Para dar a conocer las nuevas pautas europeas a los profesionales españoles, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LEHLA), junto con el laboratorio Daiichi Sankyo, han presentado las guías en un evento que se ha retransmitido por ''streaming'', han informado en un comunicado.

Las guías apuntan a un papel cada vez mayor de la monitorización de la presión arterial en el hogar, junto con la presión arterial ambulatoria.

Aconsejan, además, dar una mayor importancia al daño orgánico global y al manejo de todos los factores de riesgo cardiovascular y de otras enfermedades a la hora de abordar la hipertensión.

Los expertos europeos hacen también un especial énfasis en el tratamiento personalizado de la hipertensión en grupos específicos como, por ejemplo, diabéticos, jóvenes, ancianos y mujeres embarazadas.

No hay recomendaciones específicas en cuanto a terapias y se promueve el tratamiento individualizado en el que los doctores decidan qué medicamentos prescribir a sus pacientes en función de su condición.

Se aconseja el uso de combinaciones a dosis fijas de dos o más fármacos ya que simplifican el tratamiento y favorecen el cumplimiento terapéutico de los pacientes.

Esto redunda en un mejor control de la hipertensión y, por tanto, disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares y los costes asociados para los sistemas de salud.