El maquinista que conducía el tren que descarriló en Santiago de Compostela causando 79 muertos, al menos de momento, quedó anoche en libertad con cargos tras declarar durante una hora y admitir una imprudencia en su declaración ante el titular del juzgado número tres de Santiago, Luis Aláez.

Francisco José Garzón, a quien se le retiró el pasaporte y que deberá presentarse cada semana en el juzgado, está imputado en un total de 79 delitos de homicidio, tantos como víctimas mortales ha provocado hasta ahora el siniestro, y una pluralidad de delitos de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional.

Además, se le ha prohibido salir del territorio nacional sin autorización judicial durante seis meses y se le ha intervenido de forma cautelar la licencia profesional para la conducción de ferrocarriles por igual plazo de tiempo.

El conductor del convoy fue trasladado a las 18:19 horas de ayer -hora local- a las dependencias judiciales en Santiago de Compostela, a donde lo condujo una patrulla desde la comisaría de Policía Nacional en la ciudad, ya que se encontraba en el límite legal para pasar a disposición judicial.

El juez concedió a las partes unos minutos para hacer un análisis del parte policial que les había sido entregado, momento a partir del cual se inició la declaración del acusado, si bien no se conocía si tenía intención de responder a las preguntas del instructor.

No obstante, un abogado transmitió a los periodistas que se encontraban en sede judicial que el conductor del Alvia accidentado el pasado miércoles "sí declaró" ante el magistrado, pero rechazó cualquier otra declaración.

En los últimos días, tanto desde la empresa Renfe como desde los ámbitos políticos cercanos al Gobierno se ha centrado la responsabilidad del accidente en la actuación del maquinista del tren.

Ante esta situación, Fernando Garzón, su tío, aseguró ayer que "parece que solo hay un culpable, pero tiene que haber más, es evidente".

En escuetas declaraciones a Efe, el tío del maquinista dijo encontrarse "mal" ante un suceso que ha calificado de "muy triste".

"No puedo decir más. Es todo, no puede decir nada más", respondió Fernando Garzón, residente en la barriada toledana de Santa María de Benquerencia, al ser preguntado por si había mantenido algún contacto con su sobrino.

Fuentes próximas al tío del maquinista dijeron que "apenas habla" y que se encuentra muy triste por la situación.