Aparentemente, los británicos tiraron bloques de hormigón en el agua y el Gobierno español ha puesto el grito en el cielo. Pero la cuestión de fondo es de quién es la titularidad de esas aguas. Si son del Reino Unido, pueden hacer en sus aguas lo que quiera, incluyendo tirar bloques de hormigón para hacer arrecifes artificiales para la reproducción pesquera si así les place. Pero España no reconoce la soberanía británica de esas aguas.

Esta postura hispana sería respetable, e incluso defendible, si no fuera por un pequeño detalle: España dice una cosa en Gibraltar y la contraria en Canarias. Lo que le favorece en el estrecho le perjudica en Canarias y viceversa.

Quien no respeta el derecho del mar es España. La postura española solo puede ser calificada de hipócrita. Los piratas aquí no son los gibraltareños sino los españoles y el botín tras el que van es el petróleo canario.

Lo mismo podemos decir a los que proclaman "Gibraltar español". Si fueran mínimamente coherentes consigo mismos tendrían que decir: Gibraltar español, Ceuta, Melilla y las demás plazas de soberanía española en el norte de África, marroquies y Canarias independiente.

De hecho, incluso el proclamar Gibraltar español es equivocado. Gibraltar no es ninguna colonia, como dicen algunos, sino un territorio cedido por un tratado en virtud de una guerra provocada por España. Por tanto, Gibraltar no es un territorio conquistado a sangre y fuego en guerras coloniales, como sí lo fueron Ceuta y Melilla, Canarias y el resto de las plazas de soberanía en África.

Pero vayamos un paso más allá. Existe una definición internacional y jurídica de colonia recogida en la resolución 742 (VIII), que determina los factores que deben ser tenidos en cuenta para decidir si un territorio es o no es un pueblo que ha alcanzado la plenitud de gobierno propio, y en otras disposiciones como la resolución 1514 (XV) o la 1541 (XV).

Teniendo en cuenta lo recogido en dichas disposiciones, Gibraltar, que cuenta con una Constitución propia y ha celebrado un referéndum en donde ha elegido seguir unida a Gran Bretaña, ya no puede ser considerada una colonia. Es más, tal y como ha manifestado el gobierno británico, entre Gibraltar y el Reino Unido no hay una relación colonial, y por tanto no es colonia.

Por el contrario, Canarias sí que cumple las definiciones de la resolución 742 (VIII) para ser considerada colonia –y por tanto territorio a descolonizar–, aunque su inclusión en la lista de territorios por descolonizar no se ha producido todavía. Para impedirlo, España incluso cometió terrorismo de Estado en la forma de intento de asesinato contra Antonio Cubillo.

Leyendo la legislación de la ONU destaca la importancia que para esta tienen los procedimientos democráticos para que se produzca una integración legítima de un Territorio No Autónomo (TNA) en un Estado metropolitano (Principios VII y IX). En Canarias nunca se han cumplido estos principios ya que no ha habido una consulta democrática en las condiciones que requiere una consulta relativa al estatus de un TNA tal como se plantea en los documentos expuestos.

Una consulta para la que la ONU sólo reconoce los cesos autóctonos y no los censos constitucionales del país ocupante. Es por ello que las elecciones en Canarias, fruto de una ley electoral absolutamente fraudulenta, y en la que votan un millón de colonos españoles establecidos en Canarias, no son válidas a tal fin. En un censo autóctono solo pueden votar los canarios, es decir, los nacidos en Canarias o los hijos de padres canarios.

Por el contrario, en Gibraltar sí se han tomado esas consultas y en un referéndum celebrado en 1971 los resultados fueron aplastantes: 12.000 ciudadanos quisieron permanecer en el Reino Unido y tan solo 44 votaron por integrarse en España.

En 2002 se volvió a celebrar otro referéndum y los resultados fueron igual de demoledores: 17.900 a favor de ser británicos contra 187 individuos a favor de ser españoles. Gibraltar es británica porque los gibraltareños quieren ser británicos. Punto pelota.

La postura del gobierno británico es clara; "El Gobierno del Reino Unido nunca llegará a un acuerdo sobre la soberanía sin el acuerdo del Gobierno de Gibraltar y de su gente. De hecho, nosotros ni siquiera entraremos en un proceso sin ese acuerdo. La palabra "nunca" manda un compromiso sustancial y claro y se ha utilizado a propósito".

Quizás esta postura británica de respeto a la voluntad de los gibraltareños choque en España, ya que, no en vano, la compra-venta de pueblos ha sido una práctica habitual de España con sus posesiones de ultramar:

•La Florida: vendida a EEUU en 1819 por 5 millones de dólares tras sofocar militarmente la proclamación de la independencia de 1817 que había sido auspiciada por Simón Bolívar.

•Cuba y Puerto Rico: entregadas a EEUU y no a las fuerzas nativas que aspiraban a la independencia. En Ciares (Puerto Rico), el ejército español, después de rendirse a EEUU, sofocó la proclamación independentista portorriqueña.

•Filipinas y Guam. Son vendidas a EEUU en 1898, al finalizar la guerra, en 20 millones de dólares, incluyendo en el precio a Puerto Rico.

•Islas Marianas, Carolinas y Palaos. Vendidas a Alemania por 25 millones de pesetas en 1899.

•Sahara Occidental. Entregado a Marruecos y Mauritania en 1976, a cambio de continuar España con la explotación compartida de las minas de fosfatos de Bucraa y el banco pesquero, condiciones posteriormente incumplidas por Marruecos, que había ocupado todo el territorio ante la retirada mauritana.

Además, entre Gibraltar y el Reino Unido no hay una relación colonial, mientras que entre Canarias y España sí la hay. Una relación colonial implementada a través de Régimen Económico y Fiscal, el Estatuto de Autonomía, el modelo de integración en la UE (ultraperiferia = colonia) y la fraudulenta Ley Electoral canaria.

La hipocresía de España con respecto a la cuestión de Gibraltar, cuando tienen 8 plazas africanas ocupadas, incluida Canarias, es repugnante. El defender con respecto al derecho del mar una cosa en el Gibraltar y la contraria en Canarias para aprovecharse económicamente del petróleo es repugnante. La relación colonial de España con Canarias es repugnante. En resumen, los auténticos piratas que se pasan por el arco del triunfo el derecho internacional y los derechos de sus ciudadanos es ese Estado despótico, corrupto, extractivo y clientelar llamado Reino de España.