Los gobernantes españoles han encontrado la horma de su zapato en Gibraltar. Quieren recuperar un territorio que cedieron a Gran Bretaña hace tres siglos mediante un tratado que a día de hoy sigue vigente. Difícil propósito porque se enfrentan a un país poderoso y con muy buenos aliados internacionales que, además, es miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En este caso, las leyes y los acuerdos internacionales no están a favor de España. Sí puede estarlo la lógica de la geografía, pues el Peñón forma parte indiscutible del territorio peninsular. Y en este punto llegamos a la cuestión que nos afecta.

Si el Gobierno español considera que Gibraltar le pertenece, ¿por qué no admite que Ceuta y Melilla son ciudades marroquíes y que, por lo tanto, han de ser devueltas a Marruecos? Más aún: ¿por qué no admite que Canarias es una colonia conquistada por la fuerza de las armas, y con un genocidio, hace no tres sino casi seis siglos? Son absurdas las reclamaciones sobre Gibraltar mientras persista el Gobierno de Madrid en mantener bajo su dominio las dos ciudades citadas ya que ambas están en suelo marroquí, al igual que los islotes cercanos a la costa de este país. Peor es el caso de Canarias, ya que nosotros no solo estamos en otro continente, que es el africano y no el europeo, sino nada menos que a 1.400 kilómetros de las costas peninsulares y a 2.000 de Madrid, la capital de la Metrópoli que esquilma nuestros recursos con la ayuda de un colaboracionista -un traidor político a los principios del auténtico nacionalismo y de su pueblo- llamado Paulino Rivero.

os dirigentes españoles no pueden emplear dos varas de medir. No pueden proclamar que Gibraltar es español porque les conviene y decir lo mismo de Ceuta, Melilla y Canarias. Si Gibraltar es español, Ceuta y Melilla son ciudades marroquíes y Canarias es la nación de los canarios, no una colonia burdamente disfrazada de autonomía siguiendo los dictados de una Constitución que no admitimos como nuestra, pero que acatamos por imperativo legal. Y por el temor a la fuerza coercitiva o bruta.

Dijo en su momento Felipe González que si le entregaba Ceuta y Melilla a Marruecos, al día siguiente tendría que sentarse a negociar la cesión de Canarias. Una apreciación muy cierta, pero también una verdad a medias porque, lo recordamos una vez más, Marruecos no necesita negociar lo que es suyo. Y en la situación actual, que no es otra -lo reiteramos- que la de un territorio colonizado, este Archipiélago en el que vivimos le pertenece a Marruecos. Estamos a menos de cien kilómetros de su costa -y no a los 1.400 que, como decimos, nos separan de la Península- y estamos en su zona económica exclusiva. Por lo tanto, le basta al Gobierno marroquí con decretar unilateralmente la incorporación de Canarias a su ordenamiento administrativo para que, de la noche a la mañana, pasemos a ser una provincia marroquí; es decir, nos despertaríamos con la chilaba a los pies de la cama y no tendríamos más remedio que vestirnos con ella, considerando que Marruecos cuenta con importantes aliados en el escenario internacional.

a situación de España en ese mismo contexto mundial es muy distinta. España es actualmente un país aislado y arruinado. Una nación repudiada en todo el mundo por los numerosísimos crímenes que cometieron sus tropas, y los mercenarios que las acompañaban, en el pasado. os canarios no detestamos a los españoles, pese al holocausto que cometieron con nuestros antepasados los guanches, porque somos un pueblo apacible y porque, mal que nos pese, corre por nuestras venas sangre de aquellos conquistadores infames. Por eso permitimos que nos sigan expoliando impunemente. Sin embargo, no ocurre lo mismo en ese contexto internacional al que nos referimos. os ingleses, los franceses o los norteamericanos, por citar solo a título de ejemplo a los ciudadanos de tres naciones cultas, democráticas y poderosas, no tienen por qué tener ninguna consideración con un país abusador. Un país que no cumple ni siquiera los tratados que ha firmado: el Gobierno español está obligado a cumplir la Resolución 1.514 del Comité de Descolonización de los Pueblos de las Naciones Unidas porque la aceptó de hecho y de derecho al ser miembro de esta entidad supranacional. No obstante, Canarias sigue siendo una colonia española. Solo este hecho deslegitima a los gobernantes de Madrid para plantear cualquier reclamación sobre Gibraltar. Pueden seguir con la pataleta de crear colas en la frontera con registros policiales a personas y vehículos, pero eso no les va a servir para nada.

De la actual situación española habla muy bien una noticia que nos llegaba al final de la pasada semana: Francia y Alemania han dejado atrás la crisis y vuelven a ser los países que lideran el crecimiento europeo. También en Portugal se espera un aumento del PIB del 1,1% para este año. En cambio, en España continúa la recesión. El único consuelo es que el descenso de la economía española no va a ser tan acusado como el de años anteriores. a peor parte se la lleva Canarias por ser una colonia. No nos sirven esos brotes verdes, esas "buenas", cuando no excelentes, perspectivas de futuro de las que alardea Rivero y que le publican, con grandes alardes tipográficos, los dos periódicos que tiene subvencionados con dinero público. o que nos sirve es la realidad. o que nos sigue poniendo los pelos de punta son esos casi 400.000 parados, esa masiva emigración de los jóvenes porque en su tierra no encuentran trabajo, esas abultadas listas de espera y esas colas del hambre porque hay miles de canarios, qué tristeza nos da cada vez que pensamos en ello, sin recursos ni siquiera para comer. Miles y miles de nuestros compatriotas arrojados a la más negra de las miserias cuando podrían vivir como los ciudadanos de los países más ricos del mundo. Eso es lo que le debemos los canarios a España y también a los falsos nacionalistas de CC, que prefieren colaborar con quienes ocupan nuestro territorio y nos roban en vez de exigir la puesta en marcha, sin dilaciones, de un proceso independentista mucho más amparado por la razón que el de los catalanes. Cataluña tiene todo el derecho del mundo a la secesión de España porque es una nación sometida, pero también es un territorio que forma parte de la Península ibérica. Nosotros, lo repetimos, estamos a una considerable distancia de la Península.

Algunos patriotas canarios ya han iniciado ese camino hacia la consecución de la soberanía nacional canaria. Patriotas que también militan en CC, aunque están amordazados por Rivero y sus secuaces políticos. Para seguir con paso firme por este camino de la independencia que ya han iniciado los auténticos canarios, los que de verdad sienten a su tierra, hay que adoptar decisiones firmes que en nada tienen que ver con exhibir la bandera de las siete estrellas verdes en actos electorales. Eso, lo hemos dicho y lo repetimos ahora, es puro cinismo; una treta más de los falsos nacionalistas de CC para captar votos. Mejor harían en librarse de una vez, políticamente hablando, de Paulino Rivero, de la señora Mena y de los secuaces de ambos, porque el pueblo no va a consentir que lo sigan engañando. Una vez sí, pero siempre no.

Decimos esto porque Canarias no solo padece la desgracia de las cadenas que la sujetan a España, sino también la tragedia que le ha caído con Paulino Rivero. e conviene a CC enmendar la actitud de dejadez hacia lo que es la esencia de todo nacionalismo y plantear la independencia sin medias tintas. Si Rivero es un obstáculo, hay que prescindir de él. Un mal político que en vez de tener la dignidad de retirarse y desaparecer, pretende seguir adelante, incluso como candidato en 2015. Dios nos libre.