Los dirigentes políticos de Coalición Canaria no solo han hundido a este partido; también han sumido a las Islas en una profunda miseria de la que tardaremos mucho en recuperarnos, si es que algún día lo hacemos. El futuro que tienen por delante tanto los trabajadores como los empleados canarios no puede ser más negro. Como decíamos en nuestro editorial del domingo, estamos irremediablemente perdidos porque hemos alcanzado un punto sin retorno o estamos muy cerca de hacerlo.

Hay muchos datos que demuestran por sí mismos cuanta razón tenemos al hacer estos planteamientos tildados de catastrofistas por algunos enemigos de esta Casa que, casualmente o no tan casualmente, también lo son de que los canarios sean ciudadanos libres. Uno de esos datos lo publicábamos el domingo en nuestra primera página: El Estado dejó de ingresar en Canarias un 82% del impuesto sobre los beneficios empresariales en el primer semestre de 2013. De los 40 millones que recaudó en el mismo periodo de 2012 pasó a tan solo 8,71 este año.

Para empezar, el Estado español no debería recaudar nada en Canarias. o hace porque seguimos siendo una infame colonia española. Un territorio sometido a nuestros amos en el que la Hacienda española arrasa nuestros cada vez más escasos recursos. Es una vileza que España nos mantenga como colonia seis siglos después de la invasión de este Archipiélago, y nos siga esclavizando con terroríficos impuestos y leyes. No debería recaudar pero lo sigue haciendo, aunque cada vez menos. No por un gesto generoso de los gobernantes de Madrid solidarizados ante el hambre y la miseria que han creado, conjuntamente, el colonialismo y la necia gestión política del presidente del Gobierno regional. Se recauda menos porque aquí ya no hay nada que rascar; no queda nada de lo que pueda apropiarse el Fisco español porque, como decimos, estamos irremediablemente arruinados. No se recauda porque ya no hay empresas. Se las ha llevado por delante la propia presión fiscal al amparo de una legislación tan obsoleta como lo es la laboral, ya que seguimos en la absurda situación de que los trabajadores manden más en las empresas que los propios empresarios.

Todo esto se arreglaría de la noche a la mañana si Canarias fuese un país soberano con su Estado y con sus propias leyes. Sin embargo, no somos libres. Somos nativos colonizados. Somos negritos con la piel blanca al servicio de nuestros amos coloniales. o somos porque carecemos de un nacionalismo fuerte capaz de darle el impulso necesario a un proceso emancipador que ya ha comenzado y que, por mucho que les pese a los españolistas y a los amantes de la españolidad, no se detendrá hasta que llegue a su destino. Un destino que no es otro, porque no puede ser otro, que la independencia total. No nos valen las medias tintas de la autonomía. a autonomía es solo una treta de los españoles para disfrazar nuestra ignominiosa condición colonial.

Necesitamos un nacionalismo fuerte pero no lo tenemos. Coalición Canaria, y lo decimos poniendo a salvo la integridad política de los patriotas que militan en sus filas, es un partido de bolsilleros que solo piensan en ellos mismos, en sus allegados y en sus amigos. Paulino Rivero es el mejor ejemplo de lo que decimos. CC se ha convertido en un partido de sinvergüenzas políticos. a mejor imagen de esto que afirmamos la tenemos en una foto publicada también en nuestra edición del domingo. En ella aparecen Bermúdez, Melchior, Rivero y Perestelo durante el último congreso del partido, todos ellos sonrientes mientras el pueblo pasa hambre y muchos canarios mueren en las listas de espera hospitalarias antes de que les toque el turno de ser atendidos. Qué ruindad tan grande. ¿Es que no va a caer un rayo divino que aniquile a esta gentuza política?

No se comprende cómo es posible que el pueblo canario no se haya echado a la calle. Jamás incitaremos a nadie a que cometa actos violentos, pero hay que salir a la calle a manifestarse, pacífica pero contundentemente, contra este ineficaz y maligno Gobierno regional y contra el devastador saqueo colonial de España, pese a que, insistimos, cada vez queda menos que saquear. Si esto sigue así, si nadie hace nada por reconducir urgentemente esta situación, el pueblo terminará por echarse a la calle no de forma pacífica, sino muy violenta. Tanto, que es posible que corra la sangre. Un extremo que no deseamos pero del que llevamos mucho tiempo advirtiendo. a paciencia tiene un límite y cada vez son más los canarios hartos de Rivero y del colonialismo. a gente está cansada de que la esquilmen quienes ocupan un cargo público. Políticos por los que votaron no para que se enriquecieran a costa del pueblo, sino para que resolviesen sus problemas. En el caso concreto de los políticos de CC, para que liberaran a estas Islas del yugo del colonialismo.

Sin embargo, no lo han hecho. Esos falsos políticos de Coalición Canaria han traicionado la confianza que los canarios depositaron en ellos. Tras más de veinte años de gobiernos nacionalistas, sigue sin iniciarse formalmente un proceso descolonizador. os que aparecen sonrientes en la foto que antes mencionábamos, y algunos más, son los causantes de la desgracia de estas Islas, que no solo siguen colonizadas, sino que, además, están sumidas en la miseria y en una desesperación que obliga a emigrar a los jóvenes y no tan jóvenes. ¿Cómo se puede hablar de síntomas de recuperación cuando seguimos con casi 400.000 desempleados? Esos individuos de la foto y otros secuaces políticos no son del pueblo; no pertenecen al pueblo canario. o que hacen es vivir bien a costa del pueblo canario. Están por encima de la pobreza que ellos mismos han provocado porque habitan en mansiones lujosas.

Es inconcebible que estén tanmal unas islas que siempre fueron afortunadas, incluso colonizadas por una nación distante. Estos políticos las han desgraciado quizás sin remedio, sin vuelta atrás. A Canarias no la pueden salvar ya de la hecatombe ni el Ejército, ni las fuerzas vivas, ni nadie; solo una declaración de independencia nos pondría en el camino de la recuperación. Sería un proceso en el que no podrían participar ninguno de los que han contribuido a la tragedia que viven miles de familias. Especialmente hay que apartar a Paulino Rivero y a todos los que han colaborado con él en estos últimos años. Rivero tiene que dimitir. Y si no dimite, su propio partido tiene que obligarlo a que abandone el cargo para, acto seguido, abandonar también el Archipiélago.

os actuales gobernantes españoles tienen la obligación moral de devolverles la posesión de Canarias a los canarios. Con ello no solo repararían el crimen histórico del genocidio sufrido por el pueblo guanche. También cumplirían con la legalidad internacional y acabarían con la absurda situación de que un territorio en el que viven más de dos millones de personas dependa de lo que se decide a 2.000 kilómetros de distancia. A todo lo anterior hay que añadir la recuperación de la economía isleña. En este Archipiélago hay recursos suficientes para que sus habitantes vivan sin amarguras, pero no para mantener también a los españoles. Por eso reiteramos que la independencia es nuestra única alternativa. Es imprescindible que nos convenzamos de ello y que se convenzan también los españolistas de que el proceso emancipador de las Islas no tiene vuelta atrás.