Son de sobra conocidos los esfuerzos de Marruecos para erradicar cualquier vestigio de terrorismo en su territorio, máxime cuando la inestabilidad de la franja sahelo-sahariana y del propio Magreb suponen un verdadero peligro para la seguridad de toda la zona. Sin contar con los conflictos producidos por la "primavera árabe" (ahí está el sangrante ejemplo de Egipto) y la ya guerra civil en Siria. Marruecos, por tanto, sigue siendo el gendarme de Occidente en todo el Magreb, y prueba de ello son los continuos golpes al terrorismo yihadista.

Según un comunicado del Ministerio del Interior, los servicios de la Brigada Nacional de la Policía Judicial (BNPJ) desmantelaron días pasados una célula terrorista compuesta por cuatro miembros que actuaban en las ciudad de Fez, Meknes, Tiznit y Taounate. Esta célula terrorista, desmantelada tras las investigaciones realizadas por los servicios de la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST, siglas en francés), estaba dirigida por uno de los activistas más conocidos en los círculos yihadistas y sitios web, quien pudo establecer contactos con varios dirigentes de la Organización de Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), antes del encargo de reclutar militantes que abrazaran las tesis yihadistas para ingresarlos en las filas de esta organización.

Ese elemento, que habría reclutado a ciudadanos marroquíes próximos a las tesis yihadistas, algunos de los cuales tienen relaciones con los combatientes que actúan bajo la bandera de AQMI en Siria, incitaba con fuerza a perpetrar actos de sabotaje contra establecimientos del Estado marroquí y planeaba realizar una acción terrorista precisa, de acuerdo con la agenda de Al-Qaeda.

En otro orden de cosas, es importante resaltar el esperado discurso del rey de Marruecos, Mohamed VI, a la nación que tanto eco ha tenido en todo el país. El monarca destacó durante su discurso la "afluencia" de europeos que trabajan en Marruecos y que "compiten con la mano de obra marroquí" en sectores de alta cualificación.

En su alocución con motivo de la fiesta de la "Revolución del rey y del pueblo", el monarca indicó que los profesionales europeos compiten con la mano de obra nacional en sectores tales como el automovilismo y el aeronáutico, así como en los centros de llamadas y otras profesiones técnicas. Ya el pasado mes de mayo el ministro del Interior marroquí pidió al "creciente número de europeos" (entre los que citó expresamente a españoles y franceses) que trabajan y residen en Marruecos que respeten todas las formalidades legales.

Mohamed VI, que el pasado día 21 cumplió 50 años, deploró el "enorme déficit de mano de obra especializada" en distintas profesiones y alentó a "dedicar mayor apoyo y estímulo al sector de la formación profesional, así como a rehabilitar los oficios manuales y técnicos". A pesar de destacar los avances realizados en materia de enseñanza, el soberano alertó sobre las dificultades que vive este sector y deploró "la adopción de determinados programas y métodos de enseñanza inadaptados a las exigencias del mercado del trabajo". El rey, que dedicó casi la totalidad de los 15 minutos que duró su discurso a los problemas del sector de la enseñanza, criticó el hecho de que el actual gobierno presidido por el islamista Abdelilah Benkirán no haya continuado con las políticas de educación puestas en marcha por los anteriores ejecutivos. Tal es la preocupación de Mohamed VI por la calidad de la enseñanza en su país que, minutos después de su alocución, el Gabinete Real anunció el nombramiento de Omar Azziman, exembajador de Marruecos en España y desde 2011 consejero real, como presidente delegado del Consejo Superior de Enseñanza, que tiene el objetivo de determinar las deficiencias y promover este sector.

Por último, y sin hablar directamente de la retirada del Gobierno del Partido Istiqlal, hasta ahora la segunda fuerza del Ejecutivo, Mohamed VI aseguró que "es necesario llevar a cabo un debate amplio y constructivo" sobre las principales cuestiones del país, y no "proceder a despreciables discusiones estériles e improductivas". En una clara referencia a las acusaciones cruzadas lanzadas desde hace meses entre el Istiqlal y el Partido Justicia y Desarrollo (PJD), que encabeza el Gobierno, el monarca enfatizó que "el arreglo de cuentas, el insulto, la descalificación y atentar contra las personas no contribuyen a resolver los problemas".

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