Cuando el mismo ministro de Industria y Turismo José Manuel Soria se pronuncia ya por las extracciones del posible petróleo de los fondos marinos próximos a Fuerteventura y Lanzarote, Paulino Rivero, presidente del Gobierno de Canarias, por alegar que perjudica a la afluencia de turistas, admite públicamente ahora que existen actualmente tensiones con el Partido Socialista en el pacto firmado con Coalición Canaria, que es un pacto de gobierno.

Quiere esto decir que el PSOE, que está harto de aguantar a Rivero, podría romper el tal pacto que dejaría a Paulino en la prostituta calle cuando más intensamente está haciendo de mandamás de Canarias.

Rivero dicen que no da importancia a los que llama "roces", porque no hay voluntad, por ambas partes, de romper el pacto de gobierno y culpa del lío a la existencia simultánea de la supuesta pérdida de turistas que, como se sabe, es un invento que se sacó de la manga el mismo Rivero para prohibir los trabajos extractivos de Repsol en los fondos marinos.

Según todos los pronósticos, se plantea un pulso entre Rivero y los socialistas, que repercute, o va a repercutir muy pronto en el tal gobierno mixto de los supuestamente nacionalistas y los socialistas, quienes constituyen la parte fuerte del pacto que actualmente conforma al Gobierno de Canarias con el apoyo a Paulino Rivero.

Y es, precisamente, este entendimiento el que puede fallar y la situación puede cambiar mucho si las diferencias no se arreglan entre los confabulados que hasta ahora se habían entendido siempre mandando más Rivero que su aliado.