Mientras en los países desarrollados del mundo sus gobernantes se afanan y preocupan por rescatar del olvido y la desidia las huellas de su pasado más auténtico (edificios históricos, lugares emblemáticos, monumentos, paisajes pintorescos, etc.), en nuestro país canario parece que estas preciosas huellas (que son muchas) no importan demasiado a los responsables de mantenerlas vivas. No quiero decir con esto que no se haya hecho nada para recuperar algunas de nuestras "joyas del ayer"; tampoco digo que no se hayan reconstruido otras tantas, pero sí que no se ha hecho lo suficiente. ¿Cómo es posible que muchas de las centenarias casonas canarias, verdaderos museos al aire libre, se estén cayendo a plazos sobre sus propios tesoros y no se les haga ni caso? ¿Cómo puede permitirse tener tan abandonados algunos de nuestros parajes idílicos, los cuales están repartidos por toda nuestra sufrida tierra canaria, si se sabe que estos lugares despiertan asombro y admiración en propios y extraños? ¿Por qué le damos tan poca importancia a nuestra cultura aborigen, nuestras raíces, si ella puede ser una de las fuentes de riqueza del futuro de estas Islas? Da pena contemplar el lamentable estado en que se encuentran muchos de los yacimientos arqueológicos de estas tierras atlánticas.

A mí en este tema de "cuida lo tuyo" me gusta poner por ejemplo a los países escandinavos, en los que casualmente he estado en alguna ocasión. Allí se protege y se mima con esmero todo lo que dé vida a su historia. Gracias a la inteligente labor de personas y organismos que defienden las huellas dejadas por el tiempo, hoy en día miles de turistas propios y extraños pueden disfrutar y revivir en aquellos lares (Dinamarca, Suecia, Noruega) épocas de antaño, al pasear por cualquiera de los poblados centenarios, reconstruidos hasta en sus más mínimos detalles con materiales originales. También da gusto ver lo conservado y cuidado que tienen sus tesoros y santuarios vikingos; algunos de ellos están dedicados a dioses como Odín, Thor o Heimdall.

El país canario tiene sus propias "joyas del ayer". Afortunadamente no son pocas, pero, claro, muchas de ellas se encuentran en el más injusto de los abandonos y arrinconadas en el silencio de la desidia; este es el caso, por ejemplo, de muchos yacimientos arqueológicos aborígenes, que como es bien sabido pertenecieron a los primeros pobladores de nuestras Islas. Salvar estas joyas o dejar que desaparezcan para siempre depende, por supuesto, de todos nosotros. En fin, yo no pierdo la esperanza de que algún día se le dé la importancia que merecen a las que sin duda serán las maravillas del mañana canario.

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