El poeta y periodista granadino Juan de Loxa, estudioso de García Lorca y primer director de su Casa Natal, ha explicado cómo se gestó la cesión de las seis cartas que Lorca envió a Eduardo Rodríguez Valdivieso, "las de los mil escondites", editadas por la Diputación de Granada en un libro que prologa.

Juan de Loxa dirigió durante veinte años el Museo-Casa Natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros, un proyecto impulsado por la Diputación provincial que supuso la apertura en 1986 del primer museo lorquiano del mundo.

De Loxa dejó su cargo en 2006 y rebajó sus declaraciones públicas tras declararse "enlorquecido" hasta que, en junio, firmó el prólogo del libro "Seis cartas a Eduardo Rodríguez Valdivieso", con la correspondencia que Lorca le envió a un jovencísimo y "querido Eduardito", como dicen las misivas, que él se ocupó de recuperar.

Lorca escribió esas seis cartas entre otoño de 1932 y abril de 1933 y en sus líneas daba cuenta de sus ensayos teatrales, conferencias y viajes, los proyectos del que firmaba como "tu leal Federico" y que quedaron escondidas hasta que De Loxa logró su cesión al Museo-Casa Natal del poeta granadino, ubicado en la localidad de Fuente Vaqueros.

"¿Querrás creer que a la única persona de Granada que escribo es a ti? No leas mis cartas a nadie pues carta que se lee es intimidad que se pierde", pidió Lorca en la primera de sus misivas, llenas de planes como el "quiero que pases unos días conmigo" con el que se despedía en una de ellas.

De Loxa ha explicado el disfrute que supuso para Eduardo Rodríguez Valdivieso la apertura de la Casa Natal de Lorca tras "los tragos que pasó cuando recibe esa correspondencia. Fueron las cartas de los mil escondites, nada más supo que Federico había muerto, pensó dónde esconderlas".

"Se sintió poseedor de una bomba de relojería, qué tremendo pensar que las palabras de amor puedan convertirse en un peligro", ha detallado el prologuista, "pero Eduardo fue poco a poco liberándose, abriéndose, hasta que llegó el momento. Estaría de Dios. Creo un privilegio conocer a Federico a través de sus amigos".

De Loxa, fundador en 1969 del Manifiesto Canción del Sur, una corriente para reivindicar la canción protesta andaluza que apoyaron, entre otros, Carlos Cano o Enrique Moratalla, ha lamentado la cantidad de obras de Lorca, de cartas, de pequeños regalos o poemas improvisados que se perderían para siempre o que el miedo quemaría tras la muerte del poeta.

Ha detallado que descubrió las cartas "como quien descubre un cuerpo, o una ciudad, porque él las enseñaba a trocitos, porque tenía ese pudor con que algo en esas líneas tuviera interpretaciones que no fueran comprendidas".

De Loxa justifica los temores que tuvo Valdivieso en un marco de represión en el que la homosexualidad, "en ciudades provincianas, era el más espantoso de los crímenes".

"En una de las cartas, en una posdata, dice: ''Todo lo que es la Granada de mi sueño y de mi soledad cuando yo era adolescente y nadie me había amado todavía''. Porque Lorca era un hombre con la necesidad de amar y de que lo quisieran", ha subrayado De Loxa.

El exdirector de la Casa Natal ha elogiado que por primera vez se reúnan las seis cartas, a las que él ha puesto un "lazo de confitería", aunque reconoce que no es la primera aportación que da normalidad a la homosexualidad de Lorca: "El tema existe y fue así, y ¿a quién perjudica? ¿Hacen daño esas palabras?".

"El prologo ha sido la terapia que necesitaba para no caer en el abismo, para alejarme más todavía de Lorca", ha sentenciado De Loxa, que de su etapa como director de la Casa Natal sólo guarda una "espinita", la de no haber ejecutado su ampliación con el patio de la casa contigua.