El Parlamento británico no decidirá sobre una posible intervención militar en Siria hasta que haya un informe de los inspectores de la ONU sobre el supuesto uso de armas químicas en ese país, según decidió hoy el Gobierno del Reino Unido.

El primer ministro británico, David Cameron, se vio obligado a última hora a cambiar de opinión sobre el voto de mañana en la Cámara de los Comunes, ante el rechazo de la oposición laborista a un ataque contra Siria sin un dictamen de Naciones Unidas.

En una sesión de urgencia e interrumpiendo su descanso veraniego, el Parlamento británico se reunirá mañana para debatir y votar sobre la respuesta del Reino Unido al supuesto ataque químico del día 21 cerca de Damasco.

Finalmente los diputados británicos votarán sobre el principio del uso de la fuerza en respuesta a esa "atrocidad".

Sin embargo, habrá que celebrar una segunda votación en los Comunes para que se autorice directamente una intervención armada del Reino Unido, una vez se conozca el informe de los inspectores de la ONU.

La moción que debatirán mañana los parlamentarios británicos señala que, "antes de que haya una implicación directa del Reino Unido en una acción semejante (una intervención en Siria), deberá producirse otra votación en la Cámara de los Comunes".

Esta tarde el Partido Laborista británico había anunciado que se opondría en el Parlamento a la resolución del Gobierno sobre una respuesta militar a Siria, si no otorgaba el tiempo necesario a los inspectores de la ONU en Siria.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió hoy a la comunidad internacional que no intervenga en Siria hasta que los investigadores hayan concluido sus pesquisas de cuatro días sobre el terreno e informado al Consejo de Seguridad sobre los datos que obtengan.

En el Reino Unido ha crecido en los últimos días la oposición ciudadana a una posible intervención en Siria, que respalda el Gobierno del conservador Cameron.