El comité de empresa de la Refinería de Tenerife ha afirmado hoy que un hipotético cierre de esta fábrica conllevaría la pérdida de un total de 2.500 puestos de trabajo.

La representación de los trabajadores ha señalado en un comunicado remitido por CCOO, que esta empresa ubicada en la capital tinerfeña ocupa a unas 1.000 personas que desempeñan labores de fabricación y mantenimiento y a otros 1.500 puestos de trabajo indirectos relacionados con servicios como transportes, aduanas o aprovisionamiento.

El comité indica que el 60 por ciento de estos últimos puestos de trabajo son proveedores locales.

En opinión de los trabajadores, un cierre de esta empresa provocará una extensa vulnerabilidad dada la alta dependencia energética y la crisis económica.

"La importancia estratégica de esta industria en Canarias es indiscutible, el 60 por ciento del tráfico portuario de la capital tinerfeña está relacionado con esta actividad industrial y el cierre de la misma implicará un aumento en el precio de los combustibles y en los productos de primera necesidad, dado que en su mayoría provienen del exterior" señala el comunicado.

El comité de empresa manifiesta en la nota su apoyo a las inversiones en seguridad y el respeto al medio ambiente y exige el cumplimiento de la legalidad así como los acuerdos adoptados en los diferentes convenios colectivos.

Además expresa su preocupación por los pronunciamientos políticos "carentes de fundamentos, que cuestionan la existencia de estas instalaciones en Canarias, sin tener en cuenta el impacto que supone para el presente y el futuro de la economía canaria".