Nació el día en el que el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero lideró un golpe de Estado aunque, según él, aquel incidente no le dejó ninguna secuela. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, este joven profesional de la banca heredó de su padre la afición por la guitarra. Álvaro Jiménez es noticia por haber ganado en siete días el Alisios Festival Pop 2013 y el "Lala Core 013" con dos bandas distintas y en el mismo escenario, la plaza del Cristo de La Laguna. Sus recientes conquistas con los grupos Goodbye Monroe y Tripolar han situado a este guitarrista y compositor en una posición de privilegio dentro de una escena musical local que el pasado sábado lo colocó en el Aguere Espacio Cultural para participar en un concierto con Sito Morales Group.

Álvaro conoce bien lo que es estar expuesto a la crítica fácil. Sus aventuras de ida y vueltas por varios grupos tinerfeños le han ocasionado algún que otro arañazo verbal. "No me considero ni un chaquetero ni un mercenario; soy un guitarrista que busca retos", justifica un creador que lleva en activo más de una década y media. "Yo no paso por una banda, tocó y me voy", añade el santacrucero. "Mi objetivo siempre es intentar aportar algo y, sobre todo, generar una idea de equipo en el que todas las piezas son igual de importantes", reitera uno de los compañeros de escenarios de la cantante Claudia Álamo en Goodbye Monroe.

"La música se ha convertido en mi válvula de escape; un lugar en el que me gusta aparecer en un segundo plano para disfrutar de la compañía de grandes músicos como Sito Morales o Óscar Santana. En ese sentido, sé que soy un privilegiado por poder compartir experiencias con artistas de ese nivel", agradece en el instante en el que abre un paralelismo entre su actividad laboral y su afición. "Mi trabajo no me permite ser el cabeza visible de un grupo y la alternativa de estar dentro de Sito Morales Group es magnífica, de la misma manera que es muy enriquecedor generar sensaciones nuevas con Goodbye Monroe o colaborar con bandas como Tripolar o La Vieja Morla", enumera.

Jiménez ha vivido los cambios que se han producido en el circuito de la música local en los últimos años. "Los problemas para tocar en un local siguen existiendo, pero las emociones cambian... Cuando te pones en los 25, 26 y 27 eres menos impulsivo y las cosas se afrontan de otra manera. La gran mayoría de los grupos de hoy apuestan por una estrategia de usar y tirar en lugar de buscar unos criterios de calidad que les permitan una evolución".

El guitarrista tinerfeño admite que hace 15 años la ilusión por formar parte del gremio de la música era superior a la que se percibe hoy y que "una banda era una piña en la que el concepto de unidad estaba más trabajado... Hoy en día eso solo se percibe en las formaciones que tienen integrantes que respetan esta profesión. En el caso de Sito Morales Group, por ejemplo, conviven cuatro generaciones y las vivencias que se aprenden dentro de ese esquema no tienen nada que ver con las sensaciones que te transmiten los que buscan un éxito inmediato a través de las redes sociales", critica en el instante en el que sitúa en un altar al líder de una de las bandas en las que toca. "Sito es un grande, si hubiera nacido en Madrid su música estaría más valorada", apostilla de un proyecto en el que, según Jiménez Calero, está creciendo como músico. "Con él he aprendido mucho, es el grupo que más cosas me ha aportado... La imaginación que tiene Sito para crear es asombrosa e insisto que si en lugar de aquí nace en otro lugar estaríamos hablando de un artista al nivel de Sabina. Incluso, de un tipo mucho más especial que Joaquín Sabina".

Respecto a las dificultades que se aprecian en el sector de la banca y en la agenda musical local, Álvaro Jiménez no sabría qué decir cúal de los dos escenarios está más difícil: "Todos sabemos que la economía no está bien y el panorama musical tinerfeño tampoco ha cambiado mucho, pero en los dos segmentos hay que apostar por una idea de equipo. En la oficina trabajo con un grupo de personas que buscan unos rendimientos financieros y en una banda se persiguen sueños que, en muchas ocasiones, son imposibles de conseguir", compara.

"Yo en la música ya solo busco emociones y en mi trabajo persigo objetivos de rentabilidad", añade un artista que en la actualidad tiene tres guitarras en perfecto estado de revista. "En total ocho o nueve y todas tienen una historia... No sabría que decir cómo sería mi vida sin ellas porque alguna me ha dado mucho más cariño que una mujer", replica justo antes de emitir una sentencia: "Hay días en los que odio tocar la guitarra y otros en los que no puedo vivir sin ella. Lo que sí intento siempre es dejar huella y aportar algo de mí en todos los grupos en los que toco", concluye.