A lo largo de los últimos 15 años, el rostro de Tristán Ulloa se ha convertido en uno de los más habituales para los consumidores de cine, teatro y televisión en España. Este actor, de discurso sosegado, pero contundente y con una mente en constante estado de ebullición, se ha granjeado una sólida y coherente carrera gracias a su acierto a la hora de enrolarse en proyectos, generalmente tocados por el halo del éxito. Mañana y el sábado demostrará su buen hacer sobre el escenario del Teatro Guimerá, defendiendo el papel de Bruto en una versión del clásico "Julio César" de William Shakespeare, rodeado de un elenco de lujo, encabezado por Mario Gas y Sergio Peris-Mencheta.

¿Podría esbozar las claves de este montaje?

En realidad, "Julio César" es una obra que sirvió de ensayo para "Hamlet", ya que es justo la que Shakespeare escribió antes y, por tanto, se adivinan en ella muchas cosas de esta pieza cumbre. Cuenta con una gran trama principal, que es el derrocamiento de Julio César, llámese magnicidio o tiranicidio, pero, a partir de ahí, la acción se diluye bastante a través de varias subtramas. Por tanto, la opción del director (Paco Azorín) ha sido la de sintetizar todo esto a la mínima expresión y centrarse en plantear si la muerte de César fue justa o no y que el espectador tome su propia decisión.

¿Cómo es el Bruto que usted interpreta?

Para mí es el paradigma de la tragedia shakesperiana porque es un tipo que tiene que luchar con el gran conflicto que supone matar a una persona a la que quiere muchísimo para conseguir una patria más justa. Así, al contrario que el resto de los conspiradores, él es el único que piensa en el bien común. Probablemente, sea uno de los primeros republicanos de verdad de la historia. Es un auténtico héroe trágico; un hombre que asume el final de sus días mirando hacia adelante y sin autocompadecerse.

Confiese... ¿era éste el personaje que más le apetecía de esta obra?

He tenido esa suerte que ocurre muy pocas veces de que alguien te llama y te ofrece el personaje que quieres. Lo deseaba por encima de otros, porque me parece el más interesante al exigir muchas fuerzas contrapuestas para componerlo, un hecho que le aporta una gran riqueza. A veces me dicen que me ha tocado el malo de la película y yo les digo que me gustaría saber por qué. Así, apelo a la responsabilidad de los que enseñan la historia para que diriman si lo que hizo liberó a un pueblo o lo condenó al caos.

¿Se puede entender esta obra como una metáfora de lo que está ocurriendo en estos momentos?

Aunque se escribió hace 400 años y narra unos hechos que acontecieron hace más de 2.000, podría haberse escrito hace dos semanas dado que lo que ocurre en la trama se puede extrapolar a muchas realidades y, sin duda, la española no se escapa a ello. No obstante, el director comenzó a preparar este montaje antes de la crisis.

¿Por qué ahora hay tantas obras clásicas en cartel?

No estoy muy de acuerdo con eso. En cualquier época del año se hacen clásicos, pero yo creo que, precisamente, ahora se está haciendo más teatro y más variado que nunca. Yo mismo estoy coproduciendo y dirigiendo una obra que se llama "En construcción", escrita e interpretada por Carolina Román y Nelson Dante y, de hecho, nos acaban de dar premio al mejor espectáculo en la Feria Internacional de Teatro y Danza de Huesca.

¿Con los tiempos que corren le quedan ganas de meterse en ese tipo de aventuras?

Es necesario movilizarse para sacar adelante proyectos más allá de las grandes o medianas producciones. Nosotros, hemos hecho esta obra con dinero de nuestro bolsillo, sin ninguna ayuda pública, y a costa de reducir muchas partidas. La paradoja es que, a pesar de llenar la sala todos los días, no logro amortizar la inversión. Ten en cuenta que por cada entrada que vendo, la mitad se la tengo que dar a la sala, el 21% va para el IVA y el 10% a los autores. De mi trabajo solo me queda el 19%, del que, a su vez, tengo que pagar sueldos y Seguridad Social.

¿Qué le parece que desde algunos altavoces políticos se acuse al colectivo de actores de ir solo en busca de la subvención?

Este gobierno se ha ocupado de crear muchas cortinas de humo y una de las más grandes es desviar la atención sobre la corrupción y sus propias subvenciones. Recibe tres veces más subvención el PP que todo el audiovisual español. Entonces, me parece hasta pornográfico que nos tachen a nosotros de pedigüeños, máxime cuando somos gente mucho más honrada y trabajadora que ellos.

Al hacer recuento de su trayectoria salen más de 20 películas, cerca de diez obras de teatro y otras tantas series de televisión... ¿No le confiere una responsabilidad añadida en su trabajo?

Yo soy de los que intenta ventilar poco su currículum. Cuando uno llega a un sitio no tira de galones, sino que debe pensar solo en el presente. Para mí, el trabajo más importante es el que estás haciendo en ese momento. Obviamente, a lo largo de tu carrera vas adquiriendo un bagaje, pero en este mundo no puedes dormirte y conformarte con lo que has hecho.

¿En qué se expone más el actor: en una serie o en el teatro?

Por supuesto, donde más desnudo está uno es en el teatro, pero donde más indefenso te puedes encontrar es en una serie, porque no controlas todos los elementos que estás manejando.

Acaba de estrenarse "El tiempo entre costuras", donde interpreta a un ministro franquista. ¿Qué expectativas tiene la serie?

"El tiempo entre costuras" es un gran paso hacia otro tipo de producciones más grandes y hacia una calidad que hasta ahora no se había dado en España. Sinceramente, creo que ha merecido la pena esperar por la audiencia que ha tenido y la expectativa que ha levantado. Considero que eso tiene que dar alguna pista a los programadores, a los directivos de las cadenas y a los productores, de por dónde tienen que ir los tiros y que no siempre tenemos que ir al tipo de producto estándar que estamos tan acostumbrados a ver.