La reforma educativa que impulsa el ministro José Ignacio Wert puede pasar a la historia por muchas cosas. Una de ellas será, con toda seguridad, haber unido a todos los sectores de la política -con la única excepción, claro está, del Partido Popular- y a la mayor parte de la comunidad educativa y de las organizaciones sociales.

Este "consenso absoluto en contra" -tal y como lo definió ayer el portavoz del sindicato ANPE en Canarias, Pedro Crespo- también se ha producido en las Islas, donde ayer se escenificó un amplio frente "anti-Lomce" constituido por la Consejería de Educación, los grupos parlamentarios, los sindicatos docentes y las asociaciones de familias y alumnos.

Del éxito de las movilizaciones, advirtió el diputado de Nueva Canarias Román Rodríguez, dependerán las posibilidades de detener una norma que ya ha sido aprobada como proyecto de ley en el Congreso de los Diputados y que fue descalificada por los presentes como "segregadora", un "retroceso" y una forma de "desahucio" de los estudiantes.

La oposición a la Lomce vivirá hoy su jornada más importante con la huelga convocada en todo el país por el profesorado y que se suma a la que desarrollan los alumnos desde el martes.