"Bob" y "Kaya" son una pareja de monos tití nacidos en cautividad que ahora disfrutan de un nuevo hogar, un árbol que supera los 5 metros de altura, tras convertirse en los primeros primates que deambulan con total libertad y sin barreras para el público en un zoológico español.

Esta pareja pertenece a una de las más de 40 subespecies de tití, pequeños primates selváticos procedentes de Sudamérica, y en este caso se trata de titís de manos doradas (Saguinus midas) por su pelaje de un intenso negro y manos y pies de dorado brillante, explica Juan Vicente Martínez, responsable del Departamento de Mamíferos Terrestres de Loro Parque.

Es en este zoológico tinerfeño donde desde hace un mes "Bob" y "Kaya" conviven en un exhuberante "Ficus elastica" al que se han adosado lianas de látex para que puedan trepar, además de una guarida nocturna para que puedan pasar la noche protegidos de posibles depredadores y con calefacción.

"Es el primer sitio de España donde se pueden ver primates en total libertad, sin separación de rejas ni cristales ante el público. Viven libres y sueltos y no necesitan barreras", precisa Juan Vicente Martínez, quien apunta que algunos visitantes reaccionan con sorpresa y creen que los tití se han escapado.

Para este nuevo proyecto Martínez viajó al zoológico de Singapur, que es pionero en este ámbito, y allí aprendió las técnicas necesarias para acondicionar adecuadamente las instalaciones de los pequeños primates y que aprendan a ver personas que no son sus cuidadores.

Pero justamente parte de ese aprendizaje es que sepan que sólo deben tomar comida de la mano de ellos, de sus cuidadores, a los que identifican por su reclamo sonoro y por el color de la vestimenta. De hecho, Martínez dice que si él les ofreciera alimentos vestido con otra ropa, los tití no la cogerían.

"Bob" nació en un zoológico holandés y llegó a Tenerife hace seis años, mientras que "Kaya", también de procedencia europea, fue adquirida hace uno a un centro de la isla.

Ella es "la clave de todo este proyecto" de liberarlos dentro del zoológico, detalla Martínez, porque la sociedad tití es un matriarcado y las hembras deciden todo, comen antes que los machos y eligen el territorio donde vivir. Si a "Kaya" no le hubiese gustado el árbol elegido, "se habrían marchado".

Las hembras tití marcan el territorio con su orina y en el recinto donde habitan ambos en el Loro Parque se instalaron troncos y ramas ya marcadas desde antes por "Kaya" para que se sintiesen a gusto y cómodos.

En el recinto tienen agua y comida "riquísima", pues a los tití les encanta la verdura y la fruta tropical, como papayas, guayabas y kiwis.

Pero además esta nueva experiencia les ha servido para descubrir "el mundo de la caza", ya que al moverse libremente tienen a su disposición lagartos, perenquenes, caracoles y pequeños insectos que rondan por su árbol "y con los que se ponen morados".

También degustan gelatina, papillas de bebé y con gofio canario, y en verano han probado cubitos de hielo con un grillo dentro.

"Bob" y "Kaya" se han vuelto "locos" de contento en su árbol, desde el que tienen vista de todo el parque y observan especies que hasta ahora desconocían, y cuando observaron por primera vez a los flamencos "se pasaron horas con los ojos como platos".

Están muy interesados en todo lo que pasa a su alrededor y no muestran miedo. Sólo si se cansan suben a las ramas altas y se tumban un poco.

La adaptación de la pareja a su nuevo entorno ha sido tan buena que los cuidadores esperan pronto "un primer nacimiento", ya que "Kaya" ha sido anteriormente mamá.

Los partos de los titís son siempre de gemelos y en su caso, la madre sólo se ocupa de darles de mamar y el resto del tiempo los cuida el padre, que además se encarga de llevarlos encima.

Los tití pueden vivir unos 15 o 17 años y esta pareja son ahora mismo "los niños mimados" del Loro Parque, en donde además se recomienda a los visitantes que no fumen ni coman en su presencia, pues la comida humana no es apta para ellos, y se explica a todos, especialmente a los niños, que no son mascotas, sino animales acostumbrados a entornos selváticos de Brasil y Venezuela.