Intenso entrenamiento el vivido esta tarde sobre el parquet del Santiago Martín, bajo las órdenes de un Alejandro Martínez exigente con los suyos, al punto de llegar a enfadarse en algunos momentos de la sesión vespertina.

La noticia destacada la protagonizaron Levi Rost y “El Pipa” Gutiérrez, quien se ejercitaron con el grupo a un buen nivel, dejando claro con sus trabajos que las lesiones es ya pasado.

El trabajo arrancó con el grupo viendo atentamente las imágenes de un partido del Barça, reproducción controlada por Marco Justo, entrenador-ayudante.

Xisco Sanz inició la sesión de calentamiento sometiendo a todos los jugadores a distintos ejercicios.

Cuando comenzó el quehacer más exigente, bajo la coordinación del “coach”, Jaime Heras pasó a ejercitarse en una canasta exterior, con la atención de Eliseo Bento.

En lo táctico, se formaron dos equipos, vistiendo de negro los que estarán en el inicio ante el Barça, es decir: Úriz, Richotti, Blanco, Sikma y Sekulic, si bien Gutiérrez compartió presencia con Luke.

De amarillo lo hicieron: Biviá, Rost, Sergio, Chagoyen y Fajardo.

Martínez paró en múltiples ocasiones el partidillo con el fin de puntualizar sobre aspectos defensivos necesarios para tratar de frenar el juego atacante del Barça.

Los últimos 10 minutos vieron el quehacer desde el banquillo Rost, Heras y Gutiérrez, con la compañía de Fotios Lampropoulos, quien sigue siendo sometido a las máquinas que tratan de poner en las mejores condiciones tras la operación a la que fue sometido.

El USA respondió. “Estoy muy bien y listo para jugar; no me duele nada la pierna y he entrenado perfectamente”, indicó Levi Rost al finalizar el entrenamiento.

Hoy, viaje a Barcelona. El equipo hace viaje a tierras catalanas, vía Madrid, con Santiago Cacho como jefe de expedición. Esta noche entrenará en la ciudad deportiva Joan Gamper.

Aimar Úriz, la “estrella”. En la grada, entretenido con un balón y en compañía de su mamá, Aimar Úriz, hijo del base aurinegro. Me sorprendió comprobar cómo el niño, de cortísima edad, pronunciaba los nombres de aquellos jugadores que anotaban: “La metió Nico” “Canasta de Saúl”, “Otra de Luke”… Incluso vio coger un balón al ayudante de Alejandro Martínez y gritó “¡¡tira Nacho!!“… Y no vean la carita cuando el que anotaba en el partidillo era su papá. Cuando finalizó el entrenamiento vio carta blanca para saltar al parquet con su pelota y trató de jugar y tirar. Eso sí, necesitó que Saúl lo elevara para que encestara. Esta situación la he vivido muchas veces a lo largo de mis 37 años en esta profesión viendo entrenamientos. Me viene a la memoria a Javi Beirán en el Palacio de los Deportes viendo a José Manuel, su padre, en el Tenerife Número 1. Al propio Diego Fajardo en los partidos de su padre Francisco…