Los datos no dan lugar a la duda. En los últimos diez años se ha multiplicado por tres el consumo de fármacos hipnosedantes como las benzodiacepinas (tranquilizantes, ansiolíticos, somníferos y relajantes musculares) en el Archipiélago, hasta el punto de que diariamente 125.000 canarios se toman alguna de estas sustancias y cerca de 500.000 los han tomado en algún momento de su vida.

Para frenar este consumo desmedido, la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias ha puesto en marcha una campaña de información destinada a hacer ver la gravedad de esta adicción que está detrás de buena parte de los accidentes de tráfico, domésticos y laborales y que provoca problemas en el seno de la familia, debido a la denominada "anestesia emotiva" que hace que quienes toman frecuentemente ansiolíticos vean la realidad de forma alterada y se distancien de quienes los rodeen.

Además, los efectos adversos o secundarios suelen ser muy frecuentes y van desde la somnolencia hasta las alteraciones psicomotoras como ataxia, vértigo y falta de coordinación pasando por el desarrollo de trastornos cognitivos como fobias, trastorno bipolar, depresión y los cambios en el estado de ánimo.