El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró ayer que, tras dos años de "difíciles" medidas, ya se empiezan a ver "modestos" resultados que confirman que se va en la "buena dirección" porque se ve la luz "al final del túnel". Sin embargo, admitió que aún no están "contentos" ni "satisfechos" porque el "camino de las reformas hay que hacerlo entero". Por eso, se comprometió a no levantar el "pie del acelerador".

Así se pronunció durante la clausura de la Convención Nacional de Nuevas Generaciones del PP, que tuvo lugar en el Colegio de Médicos de Madrid, una intervención que dedicó casi en su totalidad a hacer balance de su gestión en el ecuador de la legislatura cuando faltan solo tres días para que se cumplan dos años de la victoria electoral del PP.

Recordó cómo estaba el país cuando el PP llegó a La Moncloa: crecimiento económico "negativo", "muchísimo desempleo" y "muchas dudas fuera" sobre España. "Yo tuve la mala suerte de ser testigo de esas dudas y tuvimos que trabajar mucho para ir superándolas", enfatizó.

Según destacó, "los desequilibrios" de la economía española "impedían" crecer, crear empleo y mejorar el bienestar, ya que había un "déficit público exagerado", una deuda pública "descomunal, una gran "deuda externa", elevada inflación y un sistema financiero "en situación límite".

Con este panorama, prosiguió, su Gobierno tuvo que tomar medidas "difíciles" y aprobar reformas "como nunca a lo largo de muchos años", entre ellas la Ley de Estabilidad, la reforma laboral o el plan de pago a proveedores. "Todas las medidas tienen un objetivo: sentar bases sólidas de cara al futuro, tener una casa con buenos cimientos y una buena estructura para que cuando vuelva a haber crisis no nos suceda lo mismo" resumió.

El jefe del Ejecutivo admitió que "muchas decisiones" no han "gustado a mucha gente, incluso a personas" que votaron al PP, pero "no quedaba más remedio. "No hemos venido al Gobierno a no hacer nada sino a decidir y gobernar", aseveró Rajoy.

Mensaje a Cataluña

Mariano Rajoy advirtió al presidente de la Generalitat, Artur Mas, y a ERC de que el futuro de España lo escribirán todos los españoles y de que no va a aceptar que nadie juegue con la soberanía nacional: "No vamos a estar en los juegos de división, enfrentamiento y de regreso al pasado", abundó. Cuando anunció que iba a terminar su discurso hablando de España, los jóvenes de la organización juvenil del PP empezaron a corear "Viva España" y "Yo soy español, español". El jefe del Ejecutivo aseguró que España es una gran nación, la más antigua de Europa, que está unida por lazos "sentimentales, personales, históricos, de futuro y de progreso".