Inés Marta Toste Basse es la autora del libro publicado por el Cabildo de La Gomera titulado Iconografía guadalupana, cruzando océanos:Cáceres, La Gomera, México. La obra a su vez se acompaña de un catálogo titulado Iconografía guadalupana en las Islas Canarias. El tornaviaje que reúne la práctica totalidad de las representaciones que existen sobre la patrona de La Gomera. La autora es licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de La Laguna. Durante cuatro años permaneció en París, de donde proviene parte de su familia, estudiando en la Soborna, lugar en el que se especializó en Historia del Arte y más concretamente en iconografía. Desde hace años ejerce como profesora de Instituto. Hasta el momento ha sido la responsable de diversas publicaciones en forma de artículos, de manera que el libro que ahora patrocina el Cabildo se convierte en su obra más importante. Actualmente trabaja en una publicación muy particular que se centra sobre las caídas físicas que han sufrido los grandes filósofos. “Es una especie de broma que me sirve de excusa para ironizar sobre el pensamiento filosófico y que no tiene pretensiones académicas”.
-¿Cuánto tiempo le llevaron sus investigaciones sobre la figura de la virgen de Guadalupe?
-Pues me ha ocupado los últimos cinco años. Colaboro con la Fundación Canaria de Historia de las Ciencias de La Orotava y siempre acudo a sus seminarios. Hace algún tiempo nos surgió la posibilidad de hacer una investigación con la Universidad Autónoma de México para buscar puntos en común con Canarias. Precisamente, se centraba en objetos que hubiesen hecho este trayecto en el espacio y el tiempo. Uno de ellos era la virgen de Guadalupe, patrona de México y de La Gomera. Mis compañeros de la Fundación sabiendo que me había especializado en Historia del Arte y en iconografía consideraron que era la persona adecuada para hacer esta investigación. Estuvimos en México y luego hubo un congreso en La Gomera. Era un trabajo que en principio sólo iba a abarcar unos meses y únicamente se centraría en una conferencia pero al final los meses se convirtieron en años.
-¿Cuál diría que es la conclusión más importante o más curiosa de su obra?
-A mí me llamó mucho la atención la vertiente mexicana y sobre todo el proceso de sustitución de las antiguas culturas y creencias por el cristianismo para bien o para mal. Eso me pareció fascinante. Por eso no sé clasificar muy bien el trabajo. Mezclo un poco la filosofía, con la iconografía, con la historia, religiones... es una obra amplia porque académicamente he intentado no cerrarme y por eso creo que es de fácil lectura.
-Por lo visto lo que ocurre es que la figura de la virgen de Guadalupe tiene su origen en Extremadura, después llega a La Gomera y luego a México.
-Sí cronológicamente primero llegó a La Gomera y luego a México. Hernán Cortés era muy devoto de la virgen de Guadalupe. En realidad no es que de La Gomera haya partido hacia México. No se debe interpretar así. Digamos que la devoción irradia a partir de Extremadura a todos los sitios, pero cronológicamente sí llega primero a La Gomera. Pero es que Canarias fue descubierta antes que América.
-¿Cómo resumiría su obra?
-Son dos volúmenes. Uno es este proceso de llegada y aceptación de la virgen en La Gomera y México. Ésa es la parte que me llevó más trabajo y la que tiene mayor peso desde el punto de vista académico. La segunda consiste en un catálogo y me parece muy interesante. Hay un historiador de la Universidad de La Laguna que se llama Manuel Hernández que cuando di mi conferencia en La Gomera en el turno de preguntas me dijo: “Inés te falta el tornaviaje”. No tenía ni idea de lo que me hablabla, ni a lo que se refería. Entonces ahí mismo me enteré por él de que en Canarias hay una colección nada despreciable de cuadros del siglo XVIII de origen mexicano que representan a la virgen de Guadalupe y de los que no sabía nada. Por suerte la mayoría de estas piezas están en Tenerife que es donde yo vivo. Durante dos años y medio estuve buscando los lienzos por todas las islas. Algunas se me han escapado porque están en colecciones particulares y va a ser muy difícil dar con ellas. Pero la verdad es que las he encontrado casi todas. Son como 28 cuadros y nueve esculturas. Fue gracioso porque yo nunca he estado en Lanzarote pero allí hay una escultura que pude incluir porque me mandaron una foto. La verdad es que he contado con la colaboración de muchas personas, algunas incluso desconocidas.
-¿La virgen de La Gomera qué particularidad tiene?
-A mi me gusta mucho, al igual que la que hay en Los Realejos. La particularidad de la imagen de La Gomera es que es pequeña, coqueta y la gran incógnita es que no se conoce su procedencia. No me atrevo a hablar de estilos pero los especialistas han apuntado que puede haber venido de Andalucía, Extremadura o de Flandes. Yo personal y modestamente me inclino a pensar que es una pequeña pieza flamenca.
-Pero lo cierto es que de casi todas las patronas canarias no se conoce la autoría como ocurre con la virgen de Las Nieves o la de Candelaria.
-No, que yo sepa no. Y además evidentemente todas ellas están envueltas en leyendas, milagros o mitos.
-Y en el caso de La Gomera. ¿Cuáles serían esas leyendas y mitos?
-Hay historias que cuenta Gaspar Fructuoso, un historiador del siglo XV y luego leyendas que se representan en La Gomera de apariciones a los aborígenes, de intentos frustrados por parte de los navegantes españoles de llevársela de la Isla y de como la virgen lo impide, de nubes de palomas que no dejan que se la lleven... siempre hay una serie de narraciones mitológicas populares que son bonitas y hablan de la voluntad de la virgen de quedarse en la Isla. Pero no se sabe a ciencia cierta cómo llegó a La Gomera. Se habla de que la trajo Guillén Peraza de Ayala, que era muy devoto y acudía cada cierto tiempo al templo de la virgen en Extremadura, de los primeros condes o de sus familiares. Pero la procedencia es una mezcla de leyendas, de devoción e historias porque su origen es muy remoto en el tiempo.