Antonio Estévez es un extraño ejemplo de lo que no suele ser habitual en el mercado de trabajo actual: pasar de la actividad pública a la privada. Responsable de Informática de la Universidad de La Laguna (ULL) hasta el año 2000, a partir de esa fecha ejerce como director de Desarrollo e Investigación de Open Canarias S.L., una empresa que trabaja para, entre otras entidades importantes, el Banco Santander.

La empresa para la que trabaja es referencia en "Model Driven Engineering" (desarrollo de software dirigido por modelo). ¿Cómo lo han logrado?

En 2004 hubo un cambio de paradigma, y estuvimos en el lugar y en el momento justo. Esta es la nueva técnica para los próximos quince o veinte años, aunque todavía no está generalizada.

Sin embargo pasan muy desapercibidos.

La percepción que tengo es que lo que se hace en ciencia y tecnología no interesa a la población en general.

Curiosamente, aunque la empresa se llama Open Canarias S.L. los principales clientes están en el exterior.

Open Canarias S.L. tiene más servicios y clientes en las Islas. En el área de I+D es en la que no hay un perfil de empresa que demanda este tipo de servicios. Hablamos de las cinco primeras del Ibex 35: Santander, BBVA...

¿En qué proyecto están trabajando ahora?

Junto a Ignos tenemos el proyecto Bancomer, que es el banco BBVA en México. Un proyecto de refactorización de su aplicación de banca electrónica.

O sea, que vienen pisando fuerte.

Nos estamos lanzando fuera, pero siempre con el handicap de que en el tipo de trabajo que hacemos nosotros cuesta mucho formar los perfiles.

¿El hecho de que trabajen desde Canarias tiene alguna dificultad añadida?

Para nada. Al principio teníamos dudas con el trato directo con el cliente, pero el modelo de trabajo que hemos seguido con el Santander se hace todo desde Canarias. Solo nos desplazamos una vez al mes allí a hacer las entregas de los diferentes hitos de cada proyecto y hacemos reuniones de seguimiento semanales a través de videoconferencia. Eso no es problema.

¿Qué porcentaje de canarios trabaja en su área?

En mi área, el cien por cien. Salido de la Universidad de La Laguna. Tengo buena relación con el profesorado de la ULL y voy identificando los perfiles que entiendo que puedan aportar valor al área.

La sociedad tiene la sensación de que el gasto en I+D no tiene resultados. ¿Cómo se lucha contra esto?

Ya lo dice Alejando Hernández en su libro. Al igual que hubo una burbuja financiera y otra inmobiliaria, también existe una burbuja de las TIC. Y como se ha especulado con ellas no se ha generado el valor que potencialmente pueden dar. Las administraciones públicas han sido el elemento tractor de las empresas TIC en España y en Canarias, pero la madurez la tienen las cinco o seis empresas que encabezan el Ibex 35. Y ahí se ha fallado. En el resto de las empresas (pymes) la tecnología se ha usado como un elemento de mera decoración. Y con las administraciones ha ocurrido lo mismo. Han sido los grandes inversores, pero lo que han creado es una burbuja. Han incorporado contratos de personal trabajando y desarrollando productos que después, en el ámbito ciudadano, no aportaban valor ni ayudaban a reducir el gasto público.

¿Falta de cultura de la educación o exceso de la del mal gasto?

Cultura de que no se ha entendido el valor que realmente puede aportar la tecnología. Por sí misma, la tecnología no aporta nada. Es un medio, no un fin. Pero cuando se crea una burbuja lo que era un medio lo conviertes en un fin.

En Canarias parece que ocurre algo similar con los parques tecnológicos.

Sí, se han puesto de moda. Incluso algún ayuntamiento quería montar uno. Pero es que hemos llegado tarde. Si lo hubiéramos hecho hace 20 años era el momento; ahora no tiene sentido. No hay tejido empresarial tecnológico. Es un sinsentido gastarte 10 o 15 millones de euros en urbanizar, por ejemplo, Cuevas Blancas, cuando no van a venir empresas. ¿Van a venir Microsoft o Google? ¿Con qué incentivos? ¿Por la RIC o por la ZEC?

¿Y entonces?

Teníamos que haber dedicado ese dinero a potenciar a todos esos investigadores que tenemos por ahí desperdigados. Por ejemplo, ahora está de moda el bigdata. Es una información de un alto valor si se sabe manipular. Las grandes empresas multinacionales llevan fichando gente de análisis matemático desde hace varios años. Algunos son paisanos. El bigdata tendría un valor estratégico para el turismo. Se le podría dar una información al sector turístico muy valiosa. Y eso requiere a personas, no infraestructuras ni cable submarino ni superordenadores. Eso ayuda, pero lo importante es tener a los cerebros.

Es decir, que se ha primado más el cemento que el capital humano.

Efectivamente. Y, sobre todo en un sector como el nuestro, para hacer lo que hemos hecho no hemos necesitado infraestructura. Con tener un ordenador, conexión de red y participar en estos foros internacionales ya estás capacitado, tienes un nombre, publicas...

Pero eso que dice es muy grave, porque aquí se destina mucho dinero público a las infraestructuras.

¿Para qué? Lo importante es ilusionar y atraer al talento. En mi área hay auténticos cracks que han acabado sus carreras fuera y han venido para acá. Es gente que aporta valor a todo esto. En su momento sí pudieron ser necesarias estas infraestructuras (finales de los 80). El País Vasco es un ejemplo.

O sea que vamos con retraso en todo.

Sí. Muchas veces lo que intentamos hacer aquí es imitar los casos de éxito. Muchas veces me preguntan por qué Canarias no puede ser como Silicon Valley, en California. Solo es necesario ir a San Francisco para saber por qué Canarias ahora mismo no puede serlo. Hay elementos tractores que son esenciales. Silicon Valley surge porque hay una inversión pública importante durante la Segunda Guerra Mundial del sector militar, que gastó mucho dinero en tecnología. Con ello empezó a generarse un nicho de empresas alrededor de esa inversión y con el tiempo pasó al boom de los ordenadores y la informática. Crear eso de la nada en Canarias es una quimera.

Es que allí había una base.

Claro. Aquí tenemos que ser un poquito más modestos en nuestros objetivos.

Antes citaba el turismo, motor de la economía en las Islas. Open Canarias S.L. tiene un proyecto de reservas turísticas.

Sí. Ha hecho un proyecto de investigación que ha despertado el interés del Cabildo de Tenerife, que se llama Cloud Analyzer. Captura información a través de la web relativa a estancias en hoteles, costes, etc. Ahora mismo, la empresa presta servicios también a Idiso, que es el Grupo Meliá.

¿Cree que las administraciones canarias deberían apostar más por esta vía, teniendo en cuenta la importancia del turismo?

Deberían, porque le aporta valor.

Usted que ha conocido el ámbito público y el privado, ¿con cuál se queda?

En los dos he disfrutado con mi trabajo. Pero, quizás, el sector privado ofrezca mayor libertad en la medida de que se valora la cuenta de resultados. En el ámbito de lo público hay otras variables que tú no controlas. Me siento más cómodo trabajando en el sector privado y teniendo como clientes al sector privado.

Y conocedor como es de la ULL, ¿está al nivel de otras universidades?

La primera universidad española en la lista de las importantes del mundo está en el puesto 200. No quiero pensar en qué puesto están las canarias. Y no es una crítica. Es el resultado de cómo hemos montado el modelo de nuestras centros universitarios.

Pero es paradójico, porque luego hay un capital humano muy válido.

El problema está en nuestras instituciones. La capacidad y el talento lo tienen.

¿Y cómo califica el nivel de las empresas?

¿Puedo ser políticamente correcto? Aquí tenemos un capitalismo belillo que se basa en la especulación, en el dinero rápido y fácil y que ha estado muy amparado por un REF que en lugar de incentivar la inversión productiva ha incentivado otro tipo de inversiones.

Al margen de las universidades, aquí hay también otros organismos que se han dedicado a la I+D+i y que, sin embargo, su trabajo no ha trascendido. El Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) o el de Energías Renovables (ITER), por ejemplo.

El ITER sí ha tenido alguna iniciativa que ha generado valor, pero el ITC -y lo siento por los trabajadores- lo único que ha sido es un gestor de fondos públicos. ¿Qué investigación se ha generado en el ITC que una empresa haya podido usar para generar riqueza? En nuestro sector, nada. Es más, nosotros nunca nos hemos podido acoger a las ayudas públicas porque estábamos en un nivel de madurez en el que no encajábamos en el modelo de café para todos. No creo en estos organismos públicos como elementos tractores. Sí en un modelo mixto como el que se propuso para crear el Centro Tecnológico del Software. (...) Tal vez situaciones como esta crisis nos ayuden a adelgazar todo ese tejido empresarial que no es productivo.

O sea, que la crisis será positiva en ese sentido.

Si aprendemos la lección, sí. Creo que tenemos una crisis institucional, porque nuestras instituciones no ayudan a salir adelante.

¿Qué fue de ese Centro Tecnológico del Software que acaba de citar?

Es un proyecto aparcado. Cuando se planteó las empresas TIC de Canarias saltaron porque venían empresas de fuera. Y los políticos, cuando ven que un colectivo está en contra, no siguen con su idea. Y el software ahora mismo es como el petróleo en la Revolución Industrial. Es la industria con más proyección del siglo XXI. No consume territorio y su materia prima es la gris. ¿Qué mejor industria para complementar el turismo que la del software?

Por cierto, tuvo también mucho que ver con el proyecto PLATINO.

Sí. Surgió como un conjunto de buenas ideas que después se han gestionado de forma errónea. Se han desviado de lo que eran sus orígenes.

¿Pero qué era?

Se basa en el concepto de reutilización. PLATINO pretendía diseñar una arquitectura común a cualquier proceso administrativo. Y que las diferentes consejerías usaran esos servicios. Era un conjunto de piezas reutilizables. Quizás fue un proyecto demasiado avanzado para la época en la que se planteó, en 2005. En alguna ocasión se me ha achacado que pretendía hacer cosas demasiado avanzadas para Canarias.

Pero eso es más un elogio.

Gracias a eso estoy trabajando para el Santander.