Confiesa que se metió en este proyecto por amor. Por amor a su esposa, que tuvo que viajar a Cuba a recibir asistencia médica, y por amor hacia unas canciones que acabaron dando forma a "Un restaurador de sueños", un ambicioso proyecto artístico del que se siente orgulloso. Cuando estás frente a frente con Víctor Rodríguez no es fácil distinguir por dónde acabará apareciendo la finísima línea que separa al hombre que empezó a darle forma a su ADN empresarial, cuando solo tenía 15 años, y el cantante que se aventuró a incluir clásicos como "Caballo viejo", "Dos gardenias", "Angelitos negros" o "Piel canela" en una selección de 55 canciones armadas con mucho cariño, con la paciencia del que persigue la excelencia y el carácter desprendido del que sabe lo que cuesta tener a los mejores en un proyecto de gran calado.

"Un restaurador de sueños", Premio Internacional Cubadisco, se planificó bajo unos controles de calidad que le permitieron un pleno histórico: "Treinta votos sobre los treinta posibles. Esa fue la calificación que me concedieron cuando me premiaron con el Cubadisco", argumenta Víctor Rodríguez en relación a una experiencia musical que se planificó durante dos años y medio y en la que participaron más de 200 profesionales de primera línea mundial. "Quería tener a los mejores músicos en Un restaurador de sueños", revela Rodríguez de una de esas aventuras que dejan huella. Y es que el protagonista de este reto musical ha decidido volver a La Habana para participar en una nueva gira: este año ha dado 58 conciertos en suelo cubano.

"No es fácil hallar un disco con un nivel artístico y humano tan alto", retoma el teguestero cuando habla de la labor de fiscalización a la que fue sometida este álbum. "Si no hubiera tenido unos mínimos de calidad no me habrían permitido hacer este proyecto", dijo de un producto que no dudó en calificar como una joya musical.

"Tras ganar el Premio Cubadisco la única persona en toda Canarias que valoró lo que había hecho fue Ricardo Melchior", agradece Víctor Rodríguez. "Él me organizó una recepción en el Cabildo y se preocupó para que yo pudiera presentar una selección de estos temas en el Auditorio de Tenerife".

Las raíces de este proyecto tienen una conexión muy sólida con la dolorosa enfermedad que sufrió su esposa. "En Tenerife no me la cuidaban y me la llevé a Barcelona, a La Coruña y a Madrid y no había mejora... Entonces me recomendaron que la trasladara a Cuba", recuerda el empresario teguestero. "Ese es un pueblo musical total", cuenta el impulsor de este álbum. "Yo estudié música en Tejina y allí tenía mucho tiempo libre", incide el "arquitecto" de una idea que se empezó a gestar en 2007. Dos años más tarde, "Un restaurador de sueños" recibió el Cubadisco. "Antes de pensar lo que quería hacer me reuní con grandes músicos, productores y compositores y siempre aparecían las mismas quejas: el reggaeton, el rap y la salsa escandalosa es lo que quiere la juventud, pero no son los géneros más representativos de Cuba", asegura un cantante que se encerró en un archivo de La Habana para investigar la época dorada del bolero. "Cuba es el bolero y el 80% de las composiciones más emblemáticas de la época nacieron allí", reconoce sobre un material musical que se ha recopilado en una edición de lujo -en la que se incluyen cuatro CD, reflexiones de personalidades relevantes del mundo de la música y opiniones- que se comercializa en El Corte Inglés y en tiendas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. "Es un trabajo lleno de matices, de recuerdos, de buenas canciones", enumera Rodríguez. "Un restaurador de sueños es un regalo para los que sienten las grandes canciones que forman parte de nuestras vidas. Al menos, de los que nos seguimos emocionando con una letra bien hecha y una voz que la sepa interpretar", destaca Víctor Rodríguez de una experiencia en la que invirtió mucho dinero y tiempo. "Esto no es un capricho ni una obra para salir al paso; lo que hay dentro de Un restaurador de sueños son emociones vivas que nos ayudan a entender mejor a las personas", concluye.

Reacciones

  • "Destacaría los arreglos musicales y la voz melodiosa de Víctor Rodríguez" (Pablo Milanés)
  • "Es como mantener nuestra música y dejarla como legado histórico" (Omara Portuondo)
  • "Esto es sencillamente una joya y un sueño para las nuevas generaciones" (Adalberto Álvarez)
  • "Es una aportación a la discografía internacional" (Frank Fernández)
  • "Dios dejó en Víctor Rodríguez un segundo Antonio Machín" (Manolito Simonet)
  • "Es un trabajo muy serio y de mucha calidad" (Chucho Valdés)