Es la menor de ocho hermanos, acaba de publicar su octavo trabajo discográfico de estudio y lleva 17 años (1+7) en el mapa musical nacional e internacional. Estas son solo tres razones para buscar el porqué de "8 Lunas", la última tentación artística de Rosana Arbelo. La cantautora lanzaroteña firma ejemplares hoy, entre las 19:00 y las 21:00 horas, en El Corte Inglés de la Avenida Tres de Mayo de la capital tinerfeña de su colección de canciones más fresca. "¿Nos llevamos el chubasquero?", se interesa Rosana ante las noticias que apuntan que este miércoles se vivirá una jornada con unas condiciones meteorológicas adversas. "Cada vez que tienes entre tus manos un recién nacido -por su disco- hay que cuidarlo mucho hasta que se hace independiente", compara.

¿Y cómo es este recién nacido?

Es un recién nacido que viene con sorpresa... No crean que es muy conocido. Si uno solo mira los títulos de las canciones podría llegar a pensar que esto es un grandes éxitos de duetos, pero no es así. Los temas de "8 Lunas" conocidos no solo han sido regrabados, rearreglados y compartidos, sino que varios de ellos fueron recompuestos para este proyecto... Este es un disco difícil de explicar, pero fácil de oír porque tiene unos elementos que pueden inducir a un error que acaba por desaparecer en cuanto suena la primera letra.

¿Qué tiene de distinto "8 Lunas" con respecto a otros proyectos?

Yo nunca pensé que me costaría tanto explicar un disco... Sin embargo, cuando alguien lo escucha lo entiende perfectamente. No sabría decir con precisión por qué lo he hecho así, pero es lo que pasa.

¿Se ha quedado satisfecha revisitando algunos de los clásicos de su ya amplia discografía?

Era la manera más útil y directa que encontré para unir aquellas canciones con las que hago ahora alrededor de un mismo sonido; es un sonido que tiene mucho que ver con lo que he hecho en mis directos... Los que han ido a uno de mis conciertos no se van a sorprender, pero los que conocen a Rosana a través de un disco sí que van a notar un cambio. Lo que he tratado de mostrar en "8 Lunas" es el momento que estoy viviendo ahora.

Esa línea que separó el formato disco de su directo ha desaparecido en este álbum, ¿no?

Esa separación fue buscada, es decir, yo la hice adrede. Para mí los discos solo eran un elemento de escucha y el directo un encuentro con las personas que se habían acercado a la música que estaba haciendo. Es cierto que lo que yo hice aposta creó una especie de desconexión entre los que oían mis discos y los que acudían a los conciertos. Esa diferencia no se aprecia en "8 Lunas". Los temas son mucho más eléctricos y grandes, tanto en su concepto como en su percepción.

El porqué de este título está más que justificado. ¿Poner el título le ha sido más fácil que explicar su contenido?

El ocho es un número trampa que tiene mucho que ver conmigo. El ocho y las lunas es la unificación de "Lunas rotas" -primer álbum- y mi octavo disco de estudio. En este disco estamos haciendo convivir el año 1997 con el 2013.

¿Imagino que después de 17 años en el mundo de la música nada está igual que cuando empezó?

Diecisiete añazos, aunque ese tiempo ha pasado "pa" todos, no solo para mí (ríe)... La industria de la música venía cambiando desde hacía muchos años, pero es que el mundo que vivimos hoy es completamente diferente al que conocimos hace 17 años. La música casi es tan ligera como el aire y no ha tenido más remedio que adaptarse a los nuevos tiempos. Eso no quiere decir que ahora no estén apareciendo músicos con talento, sino que la música está tan mal como el resto de las profesiones; nadie está a salvo de esta crisis. Si la economía le ha dado un gran azote al mundo era cuestión de tiempo que la música también lo sintiera. Hoy nos tenemos que preocupar más por el plural y no mirar tanto a la profesión de cada uno, si esta aún existe y no ha sido devorada por el paro.

¿Al mostrar un material nuevo qué pueden más: los nervios de cómo va a ser acogido el producto o las dudas que genera la industria del disco?

Eso es algo que no valoro de esa forma porque yo lo único que tengo en consideración es la honestidad con la que he dado forma a un disco y, sobre todo, el respeto que siento por esta profesión y por el público. Mi primera obligación siempre es dar lo mejor de mí. La vida es como una película que vamos grabando en directo y hay factores que uno no puede llegar a controlar, pero otros, como es ser honesto con tu trabajo, sí que ayudan a conseguir pequeños objetivos.

Tanto usted como Pedro Guerra han fortalecido sus raíces en tierras peninsulares fruto de una aventura pensada hace casi dos décadas. ¿Cómo se ve a Canarias desde la distancia?

Yo nunca he mirado a Canarias desde la distancia y, creo que Pedro tampoco lo ha hecho. En mi caso siempre me he sentido una artista de ida y vuelta, pero no ha sido una ida y vuelta forzada sino querida, obligada y necesaria para no extraviar la perspectiva de dónde están sus raíces. Jamás he perdido de vista a la tierra donde comenzó este gran sueño.

La "factura" cultural que se va a pagar como consecuencia de este ciclo económico negativo parece que va a ser grande.

La cultura ya venía muy dañada antes de la crisis porque las formas que se estaban utilizando en este país para defender a los creadores de cultura siempre estuvieron llenas de tropezones. Las zancadillas siempre fueron más abundantes que esas palmaditas que te dan en la espalda.

Escuche aquí la canción "Magia", tema que Rosana interpreta junto a Jesús Navarro-Reik.