El presidente ruso, Vladimir Putin, presentó ayer el acuerdo económico entre Rusia y Ucrania como un acto de amor entre países "hermanos" para prevenir una crisis económica, al tiempo que subrayó que este pacto no tiene como objetivo mantener a Kiev lejos del alcance de la Unión Europea. Por su parte, Yanukovich acusó a los líderes opositores de "acciones revolucionarias".

Rusia acordó el martes comprar deuda pública ucraniana por valor de 15.000 millones de dólares y una rebaja del precio que paga Kiev por el gas ruso, semanas después de que Kiev rechazara un pacto comercial con la Unión Europea, lo que desató una ola de protestas contra el Gobierno de Kiev.

"Ahora vemos que Ucrania está pasando malos momentos. Si verdaderamente somos una nación hermana, entonces debemos actuar como parientes cercanos y ayudar a esta nación", afirmó Putin, en la tradicional rueda de prensa para hacer balance de todo un año de Gobierno. "De ningún modo está conectado con Maidan o las conversaciones europeas con Ucrania", afirmó, en referencia al movimiento de protesta proeuropeo en Ucrania.

Por otra parte, el presidente ruso aseguró que los misiles nucleares tácticos Iskander en el enclave báltico de Kaliningrado son la respuesta de Rusia al escudo antimisiles estadounidense, una posición criticada ayer por la Unión Europea.